Más de cincuenta colectivos exigen al Principado frenar la mina de Salave

«Una zona donde la pesca es artesanal y certificada, donde hay playas, ganadería y agricultura ecológica, turismo rural y turismo activo. ¿De verdad creen que es compatible con una mina de oro?» reza el manifiesto que han suscrito centenares de vecinos y trabajadores del noroccidente asturiano.

La férrea oposición a la mina desde hace veinte año cuenta cada vez con más simpatizantes, entre los que se cuentan la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, la Federación Española de Surf, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) y un sinfín de asociaciones locales y negocios afectados.

«Solicitamos al Principado de Asturias que deniegue de manera rotunda los permisos y autorizaciones a la empresa Exploraciones Mineras del Cantábrico para el proyecto de explotación minera de Salave y que, de una vez por todas, se creen figuras de protección que alejen para siempre la posibilidad de una industria extractiva tan contaminante», aseveran.

Quienes mejor conocen el territorio, los trabajadores del sector primario, aseguran que la distancia del emisario a la costa es, en verdad, la mitad de lo que la compañía sostiene, y que el agua contendrá metales pesados bioacumulables. Además, denuncian «la utilización repugnante de las necesidades y esperanzas de algunas personas desempleadas» por parte de la empresa, al «inflar los puestos de trabajo de su proyecto, despreciando los empleos actuales en sectores sostenibles. Alrededor de veintiocho explotaciones ganaderas de la zona suscriben el manifiesto de rechazo.