El derribo parcial del cine Goya de Luarca comenzará en septiembre
Las obras han sido adjudicadas por 250.000 euros y el Ayuntamiento valdesano estima que acaben a final de año
BELÉN G. HIDALGO
LUARCA.
Viernes, 7 de agosto 2020, 00:06
El derribo parcial del cine Goya de Luarca está cada vez más cerca. El Ayuntamiento ya ha adjudicado las obras, que ascienden a 250.000 euros. «Antes de final de año habrán acabado o faltará muy poco. Vamos a esperar a que pase el verano, pero empezará en septiembre aproximadamente», indicó el regidor valdesano, Óscar Pérez, quien recordó el intento del Consistorio de evitar el derribo. «Intentamos gastar hasta la última bala. Tratamos de solucionar un problema que era ajeno a este equipo de gobierno, pues la sentencia es de 2018», subrayó.
El alcalde hacía referencia al fallo judicial que obligaba al derribo parcial del edificio. Dicha sentencia daba respuesta a la demanda de los propietarios de los dos inmuebles colindantes que en su día denunciaron que el rehabilitado cine no se ajustaba a la ley, en alusión a problemas de volumetría y altura del edificio.
La obra supondrá la demolición de la planta lateral y la rebaja «sustancial» de la altura de la parte alta del inmueble, en torno al 10% o 15% del total. Ello supone dejar el edificio sin aseos y con las plantas desconectadas entre sí, puesto que se han de eliminar las escaleras y el ascensor.
Así las cosas, el alcalde valdesano explicó que los planes de futuro para este equipamiento se desarrollarán en tres fases. La primera, ya en marcha, pasa por dar cumplimiento al fallo judicial y ejecutar el derribo. «En 2021 se decidirá el uso del edificio. Trataremos de hacerlo de forma consensuada con el resto de fuerzas. Ya en 2022 veremos qué posibilidades existen y trataremos de buscar los recursos económicos para sacar adelante un proyecto», anunció el primer edil.
«Un agujero negro»
El regidor valdesano reiteró que «ahora mismo no está en la prioridad del gobierno gastar otro millón de euros, aproximadamente, en el cine Goya. La prioridad ahora es abrir el Museo del Calamar y hacer funcionar los jardines de la Fonte Baixa», matizó.
La adecuación de este edificio luarqués, que nunca llegó a inaugurarse, supuso una inversión de unos dos millones de euros, que fueron sufragados por el Ayuntamiento y el Principado. «Ha sido un auténtico agujero negro para las arcas municipales de este concejo. Todas las decisiones tienen que ser muy pausadas y basadas en la prudencia. El dinero es finito y se han tirado dos millones de euros para tener nada».