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Cuatro alumnos de Sexto en el comedor al que cada día acuden 110 niños. A. A.
Más fruta y verdura para los escolares del colegio Príncipe de Asturias de Tapia

Más fruta y verdura para los escolares del colegio Príncipe de Asturias de Tapia

A. ARRUÑADA

TAPIA DE CASARIEGO.

Domingo, 19 de enero 2020, 01:02

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Diecinueve centros educativos del occidente apuestan todavía por un modelo de gestión directa de los comedores y mantienen sus cocinas plenamente operativas, con platos donde abundan las verduras ecológicas y fruta de temporada siempre sobre la mesa. En un momento donde los servicios de catering ganan terreno en los colegios de la región, con la calidad de los alimentos que se sirven a los escolares siempre en el centro de la polémica, el colegio Príncipe de Asturias de Tapia recorrió hace diez años el camino inverso y desde entonces presume de ofrecer comidas «más sanas y equilibradas».

«Todo lo que se consume es fresco y cocinado en el momento. Cada día hay fruta en el postre y ya no se dan tantas frituras», explica Mari Cruz García, directora del centro. Cuando asumió el cargo en el curso escolar 2008/2009 se quedó «asustada» con lo que estaban comiendo los alumnos y decidió intervenir. «Al principio hubo reticencias, pero el tiempo ha demostrado que el cambio ha sido para bien».

Los menús se confeccionan siguiendo a pies juntillas la estrategia Naos, que busca reducir la obesidad infantil, y son supervisados por un asesor nutricional. Mari Cruz es la responsable del comedor y ella misma se encarga de hacer semanalmente los pedidos y hablar con los proveedores. «Antes no podías ver la materia prima. De esta manera, siempre sabes lo que tienes y puedes comunicarte con los vendedores y tomar decisiones. Hemos ganado libertad», subraya. En esa lista se encuentran productores tapiegos como la finca El Cabillón, que les proporciona las verduras e, incluso, en ocasiones el colegio se autoabastece gracias al pequeño invernadero instalado en el patio donde los niños plantan sus semillas. Allí, las berzas y acelgas ya están a punto para el próximo caldo.

Ahorro

Más allá de lo nutricional, este modelo ha permitido disponer de una cantidad de dinero extra para inversiones en el propio centro. El margen de beneficios que iba para la empresa suministradora ahora se queda en Tapia. «Poco a poco hemos renovado equipos y mobiliario según las necesidades», subraya García. Además, las opiniones de las dos cocineras son tenidas en cuenta ya que, al fin y al cabo, de ellas depende la principal comida diaria de los 110 niños que disfrutan del servicio. Elita Fernández ha convivido con ambos modelos y asegura que «no hay color». «Los productos con los que cocinamos no tienen nada que ver. Es todo de primera», destaca. Su compañera, Begoña Martínez, explica que incluso se introducen más verduras de lo que puede parecer a través de sofritos o sopas.

A pesar del esfuerzo añadido para el equipo directivo que supone esta gestión, no hay mayor satisfacción que la de ver a los pequeños crecer sanos y felices. El próximo reto: conseguir que guste la sopa de pescado que recientemente han incorporado al menú.

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