El Hospital de Jarrio pasa de diez quirófanos a la semana a dos por falta de anestesistas

Aún acostumbrados a trabajar en déficit de plantilla y siendo conscientes de que la situación es también crítica en el resto de Asturias, los profesionales del Hospital comarcal de Jarrio «no aguantan más». Aseguran que, al contrario de lo que se afirma desde el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) y desde la gerencia del centro, «no todas las plazas están cubiertas en el hospital. Y aún menos por encima de plantilla».

Los anestesistas especifican que, si bien deberían ser siete, son solo seis ya desde marzo de 2018. «Estamos siempre uno por debajo y uno de los compañeros tiene reducción de jornada. Se da por hecho que somos suficientes, pero no es verdad. En verano, dos o tres solemos coger vacaciones y se quedan otros tres o cuatro. De ellos, una compañera está de baja. Por lo que, resumiendo, desde el 11 de julio hay solo dos anestesistas», claman los especialistas.

Los dos médicos que quedan se ven obligados ahora a asumir ocho guardias más. Lo que, indican, «supone estar de guardia día sí, día no, durante un mes». «Al salir de la guardia estás localizable, así que tampoco descansas. Habitualmente son de 17 horas y el fin de semana, de 24. Además, la carga de trabajo en Urgencias, aquí en el noroccidente, se duplica en verano. Estando de vacaciones, venimos a hacer guardias por relevar y aliviar a los compañeros», aseguran los anestesistas.

«La mala gestión de los recursos humanos» que, desde su criterio, se está llevando a cabo desde el Sespa ocasiona también que las cirugías hayan descendido gravemente. Así, «de una media de diez quirófanos por semana, -unos dos al día en verano y tres a día en invierno-, se ha pasado a dos por semana».

«Las urgencias las podemos hacer, pero no se está operando en Jarrio. Y es importante que la población sepa por qué se aplazan las cirugías. Muchos de nosotros vivimos aquí, también somos usuarios del hospital y, por supuesto, entendemos el malestar de la gente. Estamos en una situación muy precaria. Alguien tiene que haber en el Sespa que se dedique a gestionar el personal», subrayan. Sin soluciones a la vista, dicen, por parte de la gerencia, los anestesistas temen que se agrave su situación con el traslado de otro compañero en octubre.