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«Si no hay juicio, no podré mirar a mi hijo a la cara y decirle que no sirvió denunciar»

«Si no hay juicio, no podré mirar a mi hijo a la cara y decirle que no sirvió denunciar»

Aunque la expareja de Fátima, víctima de maltrato, reconoció haber disparado al niño, el fiscal propone ahora el sobreseimiento del caso

ÁNGELA RODRÍGUEZ

SALAS.

Sábado, 22 de enero 2022, 01:17

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Después de tres largos años de espera, la sola idea de que pueda no celebrarse un juicio reaviva las pesadillas de Fátima G., vecina de Cornellana de 43 años, y víctima de violencia de género durante casi diez años. Así lo recoge la orden de alejamiento impuesta a su expareja, un hombre de alrededor de sesenta años que, si bien no declara haberle pegado, sí reconoce «haber insultado» a la mujer.

«Me echó a la calle desnuda, me golpeó, mató un animal frente a mí, un hurón, y me obligó a limpiar la sangre, entre otras muchas cosas. Es cierto que no tengo parte de lesiones porque nunca me atreví a denunciar, pero tengo informes de salud mental, de una grave depresión. Aunque lo que más me duele es lo que sufrió mi hijo», relata Fátima.

Y es que la orden de protección incluye también al hijo de la salense, de quince años, a quien el hombre disparó con una escopeta cuando tenía tan sólo once años. Como recoge el auto del juzgado de Grado, el hombre reconoció que «pudiera ser que hace años le haya disparado con una escopeta de perdigones, pero que fue sin darse cuenta». En el último escrito del fiscal no aparece ni siquiera mencionada la agresión del hombre al menor.

«Llevo tres años con la policía picándome en la puerta. Solo pido un juicio justo, necesito que se sepa y que no quede impune»

Aunque en el auto del juzgado, en base a la inspección ocular de la Guardia Civil, se «evidencian daños en la puerta de acceso a la vivienda familiar así como en la puerta del dormitorio del hijo de la denunciante, compatibles con patadas y golpes», el fiscal describe, por otra parte, al hombre como «derrotado», basándose en unas grabaciones «de discusiones en tono alto» que la propia Fátima logró filmar.

«En los vídeos se ve cómo me pide un anillo para venderlo, y yo me niego. Se ve también como le digo que no le voy a pagar más la factura del teléfono», relata Fátima. Una descripción de los hechos que corrobora el fiscal, y que aseguran «no dan la imagen de Fátima como una mujer amedrentada o cohibida por la actitud de su pareja».

«Después de diez años de relación y sufrimiento es evidente que llegué a contestarle. ¿Hace falta que me apuñale para que me crean?», clama Fátima.

Si bien el fiscal explicita «una convivencia insoportable, que hace perfectamente comprensible que Fátima quiera poner fin a la relación», pide el sobreseimiento provisional del caso «ante la falta de corroboración».

«No entiendo cómo puede decir que no hay indicios. Está todo en la orden de alejamiento. Llevo tres años intentando recomponer mi vida y aún no puedo salir a la calle sola. Tuve que hacer un escrito porque no podía ni hablar. Que tres años después me digan que no doy el perfil de mujer que sufre malos tratos... ¿Cómo voy apoyar a otras mujeres a que denuncien? Yo creía en la justicia pero ya no sé qué pensar. Si no hay juicio finalmente, no voy a poder mirar a mi hijo a la cara y decirle que lo que le pasó no sirvió para nada. Fue mi hijo el que me llevó a denunciar», relata desesperada Fátima.

«Solo pido un juicio justo. Llevo tres años con la policía picándome en la puerta. Necesito que se sepa, que no quede impune. No se puede basar uno en dos vídeos. Necesito que haya un juicio, y poder contar lo que me pasa», ruega Fátima. Sin recursos para contratar un abogado privado, y con su vivienda a menos de diez kilómetros de su expareja, la mujer solo puede ahora esperar nuevas noticias.

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