Malestar en Tapia por el segundo verano sin la piscina natural
La alcaldesa rechaza que el Consistorio deba asumir la obra de reforzar el talud tras el último desprendimiento
ANDREA ARRUÑADA
TAPIA DE CASARIEGO.
Sábado, 13 de junio 2020, 00:34
Los tapiegos y visitantes no podrán disfrutar por segundo año consecutivo de la piscina de agua salada. Permanece cerrada desde mayo de 2019, cuando se registró un desprendimiento en el talud lateral que «comprometía la seguridad de los usuarios». Un problema que sigue sin solución un año después, al no haber todavía un acuerdo entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Transición Ecológica sobre quién debe asumir la reparación.
Una empresa especializada a la que consultó el gobierno local tapiego propuso colocar un sistema flexible de estabilización compuesto por malla metálica en acero inoxidable que se anclaría perimetralmente con unos bulones de fibra de vidrio, advirtiendo del riesgo de nuevos desprendimientos. La actuación supondría una inversión de 48.000 euros.
La regidora socialista, Ana Vigón, explica que «Costas se comprometió a abordarlo en cuanto hubiera disponibilidad presupuestaria. En octubre, solicita que se redacte el proyecto y el Ministerio dice que no resulta procedente acceder a lo solicitado porque corresponde a los ayuntamientos actuar en los acantilados de las playas y zonas de baño según un informe de 2010 de la Abogacía del Estado». Han apelado ante diferentes administraciones porque «hay muchos matices» en ese escrito. «El problema afecta al acantilado, no al equipamiento de la piscina, que es lo que corresponde a nuestra concesión. Esto se tiene que aclarar porque no podemos entrar en competencias de otros», añade e insta a «sacar recursos de donde sea».
Críticas del PP
Por su parte, el Partido Popular afirma que la alcaldesa llegó a decir en sesión plenaria «que el Gobierno central había asignado una partida. Incluso indicó que ya se habían licitado las obras». Su portavoz, Pedro Fernández, lamenta confirmar los «malos pronósticos»: seguirá cerrada sin fecha de reapertura a la vista. Pide al gobierno municipal que «asuma responsabilidades». «Sea de quien sea la competencia de las obras, se deben ejecutar o moverse para que se hagan», insiste.
La antigua cetárea fue rehabilitada como piscina de agua salada en 2010 mediante un proyecto del entonces Ministerio de Medio Ambiente al que se destinaron 450.000 euros. En una década este espacio natural se ha convertido uno de los mayores atractivos turísticos de Tapia, de ahí que hayan surgido voces que apremian por recuperarlo cuanto antes.