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LUCÍA LÓPEZ PÉREZ
Martes, 26 de julio 2022, 01:37
Hace más de un siglo Nietzsche escribió: «Sin música la vida sería un error». Cien años después, Soto del Barco lo confirma con la inauguración de su primer Curso Nacional de Música de Verano, que se celebra estos días en la capital del Bajo Nalón. Setenta y seis alumnos de toda España, apasionados por la música, disfrutan esta semana de unas intensas jornadas de clases en compañía de los mejores profesores y monitores. ¿El objetivo? «Que los niños aprendan disfrutando», confirmaba Daniel Tarrio, director artístico del proyecto y profesor en el Conservatorio Superior de Música de Oviedo.
En torno a una decena de profesores, junto a cuatro monitores, conforman el equipo docente, encargado de hacer disfrutar a los casi ochenta alumnos, hospedados en San Juan de La Arena. «Para participar lo imprescindible es que te guste la música, tener un instrumento y ganas de aprender», contaba Jesús Charmeli, uno de los monitores que ha venido desde Alcalá de Henares para participar en este encuentro, novedoso en la localidad. Una cita que tal y como admitía Marina Dader, alumna del conservatorio de Oviedo e intérprete de oboe, «va a marcar un antes y un después en España». Aunque no hace falta irse lejos para predecir el éxito de este curso, que en su primer año ha completado casi las cien plazas ofertadas y que dará al concejo la visibilidad que aún le hace falta. Andalucía, Murcia, Castilla-La mancha... son algunas de las comunidades desde las que muchos alumnos se han desplazado a Asturias, algunos de ellos por primera vez. Así es el caso de Carla San Félix, toledana de 12 años, y toda una experta en la trompa, tras cuatro años aprendiendo a tocarla. «Lo más difícil es alguna técnica, pero espero que el curso me ayude a mejorar», contaba ilusionada. Gijón, Oviedo y Avilés son otros de los puntos desde donde algunos se han movido, como Nel Piñeiro y Antonio Píriz, de 23 y 14 años. Ambos esperan «aprender lo máximo, exprimir a tope a los profesores y, sobre todo, pasarlo bien». Y es que divertirse es lo más importante en este curso, por ello los ratos libres están dedicados a actividades y juegos para despejarse y conocerse mejor. Algo que, hasta el próximo día 31, tendrán tiempo de hacer, además de disfrutar de los conciertos de sus profesores el miércoles y el jueves a las 20 horas en la iglesia y el teatro de Soto del Barco. El viernes y el sábado, a la misma hora, será el turno de los alumnos en La Arena. Por el momento les dejamos seguir respirando y sintiendo la música.
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