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Emilio José Pérez, en el pajar de su casa en Colinas de Arriba, en Tineo. Á. RODRÍGUEZ

«Las piedras grandes ya me van pesando más, pero todavía me quedan fuerzas»

A sus 80 años y recién homenajeado, el cantero Emilio José Pérez sigue con la reconstrucción del entorno del Camino de Santiago Primitivo

ÁNGELA RODRÍGUEZ

TINEO.

Lunes, 27 de septiembre 2021, 01:09

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Muros fuertes de caliza, estratégicamente construidos, sin argamasa y resistentes. Así es la obra de Emilio José Pérez, y así es también él: humilde y fuerte. En Colinas de Arriba, un pueblo tinetense de unos diez habitantes, Pérez reconstruyó sus primeros muros de piedra seca cuando era solo un niño. «Aquí cada uno en su finca hacía el muro para cercar el ganado. Cuando se caía un trozo, a veces me tocaba arreglarlo ya de niño. Siempre me gustó aprender y hacer cosas», recuerda.

Jubilado de la ganadería, Pérez conoce las piedras de tropezarse con ellas. «En esta zona hay mucha piedra y varias canteras. Voy allí y las cargo. Aunque a veces hay que arrancarla metiendo una cuña en las grietas. Esta piedra es complicada, a pesar de que es plana, es cuarcita, muy dura, y no se trabaja, no la puedes tallar», explica mientras muestra sus sencillas herramientas. El pasado martes, la asociación Hispania Nostra, homenajeó la labor de Pérez por su perpetuación de la técnica de construcción con piedra seca - considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad -, «lo que ha permitido recuperar diversos elementos en el trazado histórico del Camino de Santiago Primitivo». Un camino que Pérez conoce bien, ya que lo hizo cuatro veces. La última, antes de la pandemia, con 78 años.

«Cuando una construcción se venía abajo, la arreglaba, aunque no fuera en mi propiedad. Estoy acostumbrado. En mi época los caminos los arreglábamos los vecinos, cuando existía la sestaferia», relata Pérez, quien no esperaba el reconocimiento. «Después de jubilarme sí que reconstruí muchas cosas en el Camino de Santiago. Desde La Mortera a Colinas y Porciles, son unos cuatro kilómetros de Camino Primitivo», señala. Entre sus obras se cuenta también una galería de captación de agua con intubación en piedra en una finca propia en la zona de la Mortera.

«Le puse una tubería y construí una fuente de agua potable en el trazado del Camino», apunta Pérez, con sincera generosidad. «Yo vivo con poco, lo hago porque me relaja. Las piedras grandes van pesando más pero todavía me quedan fuerzas. Y más después de este reconocimiento. Ahora estoy haciendo un puente», afirma Pérez ilusionado.

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