«Nada le hubiese hecho tanta ilusión como que su nombre esté en parte de su amado Tineo»

Su hermana Paula Rodríguez, en un alarde de la creatividad que le caracteriza en las campañas de publicidad que organiza para la empresa familiar, organizó una jornada retrospectiva de la biografía de su hermano mayor. Un puzle de un montón de piezas que iba destapando a medida que transcurrió el día.

La primera parte se descubrió a mediodía: un busto de bronce del empresario hecho por el artista Manolo Linares. La obra se destapó en la calle del Sol de Tineo. Calle que solía correr de niño Carlos Manuel desde el piso donde vivió su infancia hasta Cafés El Gallego, fábrica que edificó su padre, Juan Carlos Rodríguez, sobre la tienda de ultramarinos de sus abuelos. A cien metros del letrero rojo de la fábrica donde empezó todo y bajo la ventana por donde solía mirar el paisaje un pequeño Carlos, se celebraba el acto oficial con unas palabras del alcalde del concejo, José Ramón Feito. «Hoy es un día en el que se mezclan los sentimientos. Por encima de todos está el del reconocimiento a un vecino emprendedor y que anteponía en sus proyectos el compromiso con el progreso de Tineo», subrayaba Feito ante el presidente de la Junta General del Principado, Marcelino Marcos Líndez; el director general de Industria, Juan Carlos Aguilera, y la directora general de Desarrollo Rural, Begoña López. También su hija dedicaba unas palabras a su padre. «Estoy segura que de entre todos los reconocimientos que mi padre recibió en vida, ninguno le hubiera hecho tanta ilusión como que una parte de su amado Tineo lleve su nombre», manifestaba Gloria Rodríguez ante la orgullosa mirada de su madre, Gloria Echevarría Fuertes, su hermano Carlos, su abuela Sara Peláez y sus tías Paula y Pilar, y sus primos.

Ofreció también unas palabras de agradecimiento la actual directora de la Asociación de Empresa Familiar del Principado, organización que fundó Rodríguez en el año 2000. «Es un día de recuerdo a la memoria de lo que aportó Carlos a Tineo y a Asturias como gran empresario y visionario», señaló Julia López.

El día se fue animando a medida que las nubes daban paso al sol. En el campo de San Roque, abarrotado de personas y expositores artesanales, comenzaba la misa en honor al fallecido el año pasado. La eucaristía dio paso a la música de la Real Banda de Gaitas de Oviedo, la danza y la sidra, reproduciendo las fiestas municipales de San Roque, uno de los eventos preferidos de Carlos Rodríguez. Tras el banquete, venían las piezas finales del 'puzle' con las anécdotas de amigos y empleados que ofrecían la cara mas humana del conocido empresario. Deportista, «disfrutón», amante de la música y «jefe cercano», fueron algunos de los adjetivos con los que calificaron a Carlos quienes le conocían bien. La organizadora del evento, su hermana, cerraba el coloquio con unas palabras de amor a su hermano. «Tuve un hermano excepcional».