Valdés habilita para perros las playas de Campiecho y Quintana

El Ayuntamiento de Valdés ha decidido recuperar las playas para perros. Durante todo el año se autoriza la presencia de los animales en Campiecho (Cadavedo) y una zona específica de Quintana, con lo que aumenta a seis la lista de playas caninas en Asturias. El equipo de gobierno insta a los dueños a «respetar al resto de usuarios y cumplir con la normativa» detallada en un bando.

Los canes podrán ir sin correa en los puntos señalizados. Además, deberán estar supervisados por un adulto que portará consigo la documentación en regla y que se hará responsable de cualquier daño o desperfecto que puedan ocasionar. Los perros tendrán que ir vacunados, desparasitados y con microchip; los catalogados como potencialmente peligrosos sí tendrán que permanecer atados y con bozal homologado. El Consistorio recuerda la importancia de recoger los excrementos y depositarlos en las papeleras.

El edil de Turismo, Ismael González, reconoce que se trata de un «reclamo importante» para el municipio. «Cada vez hay más demanda de actividades con perros, incluso en los alojamientos rurales», explica. Por ello, los Jardines de la Fonte Baixa, que han acumulado 3.500 visitas en su primera semana abiertos al público, permiten su acceso sin límite de tiempo. Asimismo, por segundo año consecutivo, los perros podrán pasear entre julio y septiembre por el paseo de las playas Primera y Segunda de Luarca. No así por las zonas verdes y arenales.

El verano pasado Valdés se había quedado sin playa para canes después de que el regidor, el socialista Óscar Pérez, considerase inadecuado el arenal de Sabugo al encontrarse en el entorno de la Reserva Natural Parcial de Barayo. En aquel momento aseguró que no era posible proponer una alternativa por «falta de tiempo», pero se comprometió para esta temporada.

Desde la Protectora de Animales sin Hogar de Valdés, la presidenta Andrea Nogueira se muestra «satisfecha» con la selección. Nogueira siempre fue muy crítica con la prohibición de soltar a los perros en Sabugo. «Era una incongruencia habilitar una playa que no se podía disfrutar».