Vecinos de Barcia temen que la cantera pueda provocar silicosis a la población

Carrasco Galán defiende que «de ahí que sea tan importante no acercar la cantera al perímetro rural, es para proteger a los residentes de los peligros a los que se pueden ver expuestos si se trae para aquí toda esa infraestructura extractiva».

Por este motivo, advierte a la población de la importancia de no modificar la normativa municipal, aunque explica que «una partícula de sílice puesta en suspensión a dos metros de altura con una brisa de diez kilómetros por hora, recorrería 2.830 metros». El ingeniero recuerda que «la silicosis es una enfermedad crónica del aparato respiratorio que se produce por haber aspirado polvo de sílice en gran cantidad». Una preocupación que también mostró Mercedes Bazán, vecina de Barcia, cuya viviendas está a escasos 200 metros de Los Praducos. «Está claro que el polvo se va a respirar», dijo, manifestando que «yo no quiero una mina al lado de casa».

Por todo ello, José Carrasco Galán rechaza el cambio puntual del planeamiento para no exponer «más» a los vecinos de Barcia. Según dice, «todos los residentes de Valdés tienen derecho a las mismas medidas de protección de la salud», por lo que se muestra contario a la modificación del PGOU en esta parcela calificada ahora como suelo de interés agrícola.

En Barcia, la polémica está servida con la posible instalación de la mina y cada vez salen más voces contrarias, como la de este ingeniero que desde el principio se mostró reticente con la minera. «Es un proyecto que no queremos», asegura el concejal de Obras y alcalde de la parroquia rural de Barcia y Leiján, Ricardo García Parrondo, quien ahora rechaza la instalación minera mientras que «no presenten un nuevo proyecto».

La posible instalación de esta cantera a cielo abierto ha traspasado incluso las fronteras de Barcia y preocupa a otras parroquias del concejo, y a sectores económicos como el turismo, desde donde se mira con preocupación la posible apertura de una empresa minera en Valdés.