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belén G. Hidalgo
Domingo, 22 de julio 2018, 14:21
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Los cangueses amenecieron hoy con el susto aún en el cuerpo, pero aliviados de que la explosión de ayer no se saldase con ninguna pérdida humana. Todas las conversaciones se centraban en el suceso que dejó el centro de la villa sembrado de restos de cristales, persianas, puertas reventadas... «Lo importante es que no se 'mancó' nadie», repetía Miguel Ángel Villabrille, un vecino del barrio de Los Nogales, en referencia a que el suceso no ha dejado heridos de gravedad, aunque sí veinte heridos leves.
Villabrille, que lamenta los daños en la puerta de su garaje, es uno más de los vecinos de uno de los barrios cangueses más afectados. Francisco Canto, que tiene un bar en la zona, estaba viendo la tirada cuando explotó la carga. «Me tiré al suelo y lo siguiente que ví fue que llovían cristales», relata. Entre ellos, los de su local y el garaje, cuya puerta logró abrir con dificultad. Otilia Díaz, otra vecina, pasea por la orilla del río viendo el desastre. «Escuché un bombazo. Se movió hasta la cama», dice aún con el miedo en el cuerpo.
Más cerca al prao El Molín estaba Joaquín Rodríguez, que vive por las inmediaciones de la calle Pelayo. «Sentí un trallazo muy grande, como si fuera una bomba», apunta mientras hace cola en el Ayuntamiento. «Nunca había visto algo así», concluyó.
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