Vecinos de Gedrez sofocan el incendio que se desató en una casa con sus inquilinos dentro
La rápida actuación de la comunidad vecinal evitó una catástrofe: «Con las bocas de riego operativas no hubieran hecho falta los bomberos», destacan
C. BERNAL
CANGAS DEL NARCEA.
Miércoles, 1 de marzo 2023, 18:58
El tejado de casa Grabelín, vivienda ubicada en Gedrez (Cangas del Narcea) empezó a arder el lunes a las ocho de la tarde. Rosa María Gómez se encontraba dentro del domicilio, trabajando con su portátil en el segundo piso. Su prima, Adriana Gómez, también estaba en el interior de la vivienda.
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«Empecé a escuchar unos chasquidos encima de mí», relataba esta maestra canguesa 24 horas después del incidente. «Si llego a estar en la cocina no me entero y si estoy durmiendo olvídate...», decía aún con el susto en el cuerpo. Gómez se asomó por la ventana de su cuarto y descubrió que el alero de madera del tejado, situado en la esquina noreste de la vivienda y pegado a dos chimeneas metálicas, estaba en llamas. «Cogí el móvil y llamé al 112», contaba Gómez, que al mismo tiempo que contactaba con el servicio de emergencias, salía en busca de ayuda.
El primero en escuchar los gritos de auxilio de Gómez fue su vecino Fernando, de casa Marqués, que al mismo tiempo, corrió a dar el aviso al bar del pueblo, casa Grabelón, situado también a escasos metros del hogar de las primas Gómez. «Gracias a Marcos, 'Mali', y el resto de vecinos, mi casa no acabó en ruinas», decía ayer, aliviada, Rosa María.
Marcos Corros era uno de los clientes que estaba en el Grabelón cuando Fernando entró a avisar del incendio que se estaba desatando en casa Grabelín. Corros y el dueño del bar, José Manuel López, apodado 'Mali', sin pensarlo dos veces, se armaron con extintores y corrieron a la vivienda, dispuestos a sofocar el fuego. Para cuando Corros y 'Mali' entraban a casa Grabelín, las primas Gómez tenían preparada una escalera, prestada por otra de sus vecinas, por la que los dos hombres pudieron acceder al desván y atacar el incendio, lo más cerca que les permitía el calor de las llamas.
Los vecinos recibían en efecto dominó la noticia, dejando sus quehaceres para correr, cargados con cubos y mangueras, a sofocar el fuego. «No pudimos hacer uso de nuestras mangueras porque no había el entronque necesario para engancharlas en las bocas de riego del pueblo», lamenta Berta de la Mata, que participó junto a su hijo, el bombero Álvaro Collar, en la operación vecinal. Tan solo pudieron utilizar, para ir ganando terreno al fuego, la manguera de las Gómez.
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Los bomberos llegaban al lugar de los hechos a las nueve menos cuarto de la noche desde el parque del municipio, ubicado en Tebongo, a 34 kilómetros de Gedrez, es decir, 35 minutos de travesía por la carretera comarcal AS-15. Para entonces, el eficaz y rápido operativo desplegado por la comunidad vecinal de este pueblo cangués había tomado el control del incendio. «Con las bocas de riego operativas no hubieran hecho falta los bomberos», aseguran los vecinos.
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