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Joaquín Sobrino, Cosme Borbolla y Raúl Villar, durante la celebración de los 60 años del club.
A golpe de pedal durante 60 años

A golpe de pedal durante 60 años

El Club Ciclista Oriente Astur homenajeó ayer a Raúl Villar y a Joaquín Sobrino. Fue fundado en 1957 por Felipe Sampedro y ese mismo año participó en la Vuelta a Asturias con un equipo de 4 corredores

guillermo fernández

Sábado, 6 de mayo 2017, 15:07

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El Club Ciclista Oriente Astur, con sede en Posada de Llanes, cumple 60 años. Lo fundaba el recordado Felipe Sampedro Solís el 10 de marzo de 1957 y tres meses más tarde cuatro de sus corredores competían en la Vuelta a Asturias de 1957, organizada por el Frente de Juventudes. El equipo estaba formado por Ambrosio Borbolla, Raúl Villar, Rufino Galguera y Andrés Pascual. A lo largo de su dilatada historia, de aquel nido tejido con calor de incubadora surgieron cuatro ciclistas profesionales: Antonio Sobrino, Antonio Sampedro, Mario Sánchez y Joaquín Sobrino, quien colgaba la bicicleta la pasada temporada. Otro de sus miembros más activos es Pablo Remis Bueno, quien ayer finalizaba en el desierto del Sáhara la exigente carrera conocida como Titan Desert by Garmin. Al frente del Club, desde hace catorce años, se encuentra Cosme Borbolla García.

Resulta espectacular que de una pequeña villa del Oriente haya surgido tan importante elenco de destacados deportistas de la bicicleta. De los que estuvieron en su fundación solo queda Raúl Villar, quien ayer recibía un cálido homenaje de los miembros del club junto a Joaquín Sobrino Quecu, que este año decidía apearse de la bici después de diez temporadas como profesional dentro de la serpiente multicolor.

Recordaba ayer Raúl Villar que tenía 17 años «recién cumplidos» cuando formó parte del pelotón de la Vuelta a Asturias. Trabajaba en Correos, «con un sueldo de 600 pesetas mensuales», pero se montaba en una bicicleta «hecha a piezas, que me había costado 5.000 pesetas, y pude pagarla gracias a la generosidad de mis padres». Aquella Vuelta a Asturias tenía seis etapas, con salida y final en Oviedo. Al acabar la carrera regresaron en tren y en la estación de Posada «nos recibieron como si hubiésemos ganado el Tour de Francia. Lanzaron cohetes, hubo romería y a la hora de dormir nos repartieron por casas de los vecinos». «Se realizó una colecta pública y nos dieron 250 pesetas a cada uno», confesaba. Y explicaba que Felipe Sampedro fue el «alma» del proyecto, pues «supo compaginar la piquilla que había entre ciclistas de Llanes y Posada, que no era poca».

Victoria en el Kremlin

Cosme Borbolla trazó el perfil de Joaquín Sobrino en el momento de su retirada. Un ciclista con triunfos en pruebas celebradas en Europa, América, Asia y África, siendo el más destacado un final de etapa en Moscú, frente al Kremlin. Quecu Sobrino estuvo enrolado en siete equipos profesionales: tres españoles y los otros cuatro con sede en Grecia, Luxemburgo, México y República Dominicana. Su triunfo con mayor repercusión fue la victoria en la primera etapa de la Vuelta a Castilla y León de 2009, con la caída de Armstrong a diez kilómetros de meta.

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