Los montañeros piloñeses, en la cima de la Petite Aguille Verte. GRUPO VÍZCARES

Alpes 79, el viaje que cambió el montañismo piloñés

La Casa de Cultura de Infiesto recuerda cuarenta años después la histórica expedición de un grupo de seis jóvenes del Vízcares | «Significó un antes y un después, pues era el primer viaje internacional y los de este tipo estaban reservados a los clubes de las grandes ciudades»

ENRIQUE CARBALLEIRA

INFIESTO.

Sábado, 16 de noviembre 2019, 00:58

Puede parecer una pequeña aventura en este mundo actual, totalmente globalizado, pero en el año 1979 fue toda una gesta que marcó un antes y un después en el montañismo piloñés. La Casa de Cultura Marqués de Vistalegre de Infiesto acogerá esta tarde la proyección final de las jornadas culturales organizadas por el grupo de montaña Vízcares, que cumplen cuarenta años. Estará centrada en aquella expedición, hace también cuatro décadas, que llevó a seis jovencísimos montañeros piloñeses a Los Alpes.

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Era la primera vez que el grupo emprendía un viaje internacional. «Significó un antes y un después en el montañismo local, porque hasta entonces las excursiones habían tenido lugar en Asturias o algunos puntos de España», explica Roque Rodríguez-Noriega, coordinador de la proyección de este sábado, en la que estarán presentes la mayor parte de aquellos montañeros. Se trataba de gente muy joven, con edades comprendidas entre los 18 y los 22 años. «Alguno acababa de finalizar tercero de BUP», comenta Roque, recordando que los viajes en aquel entonces «no eran tan sencillos como en la actualidad. No estábamos en la Unión Europea, nuestra moneda aún era la peseta y las condiciones a la hora de viajar no tenían nada que ver con las del presente», aclara.

Un grupo de montañeros tan jóvenes no era habitual en este tipo de viajes. La edad media era inferior a veinte años. Pese a ello, la expedición se organizó estableciendo un reparto de tareas plenamente definido. El grupo estaba formado por los hermanos Juan, Hipólito y José Luis Álvarez-Nava, además de Javier Benito, Jesús Diego y José Manuel Rodríguez. El primero era el jefe de la expedición, José Luis se encargaba de la alimentación, Hipólito de los mapas y vías de ascensión, Javier realizaba la labor de director técnico, Jesús era el tesorero y José Manuel llevaba la gestión de materiales y equipos. Tenían un séptimo compañero, José Luis Pérez, que finalmente no pudo emprender la aventura.

«En Piloña existía un gran ambiente montañero, especialmente por la gran labor que realizaba el Vízcares, uno de los grupos más veteranos de Asturias y que precisamente cumple ahora setenta años», explica Roque.

Una salida de estas características tenía más complicaciones de las que ahora se pueden imaginar, pues hoy en día es posible contratar una semana de vacaciones en cualquier lugar del mundo con una simple gestión de cinco minutos, a través de internet. «Pero en aquel entonces no era posible ni tan siquiera realizar la reserva de los alojamientos desde aquí», apunta. El viaje duró tres semanas y se hicieron varias cumbres, «siendo la más importante el Mont Blanc. Fue toda una proeza para la época si tenemos en cuenta el tamaño del club y el material disponible», añade Roque, aclarando que «en aquellos años este tipo de viajes estaban reservados para clubes importantes, sobre todo de grandes ciudades».

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El Mont Blanc no es una montaña fácil. «No lo es hoy en día y mucho menos en aquel entonces, porque siempre se ha cobrado vidas de montañeros», afirma Rodríguez-Noriega, recordando que «el mismo día que los piloñeses lograban ascender, fallecieron varios miembros de una expedición inglesa al tratar de hacer cumbre». Fue el día 18 de julio cuando los de Piloña coronaron el mítico pico.

Pese a todo, «la expedición resultó bastante bien y no tuvieron mayores dificultades, con la excepción de algunos días de mal tiempo en los que aprovecharon para conocer la zona». Sin embargo, «lo que sí resultó más complicado fue financiar el viaje, aunque contaron con algunos apoyos y la subvención del grupo Vízcares», apunta Roque.

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De hecho, se considera que el impulso de esta salida, y sobre todo el esfuerzo de sus componentes, permitió el nacimiento de la semana cultural que desde entonces organiza el grupo Vízcares

La Casa de Cultura Marqués de Vistalegre de Infiesto acoge estos días una exposición en la que se pueden contemplar algunas de las fotografías de este emblemático viaje e incluso parte del equipo y las ropas de los piloñeses.

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