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G. POMARADA
LLANES.
Domingo, 19 de mayo 2019, 01:16
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La aprobación inicial del Plan General de Ordenación (PGO) de Llanes este mismo viernes, a las puertas de las elecciones, deja diagnósticos radicalmente opuestos en el concejo. Es el caso de dos de las entidades más activas en materia de ordenación urbana: la asociación vecinal Avall y la de constructores. La Asociación de Empresarios de la Construcción del Oriente de Asturias (Asecoa) entiende que la votación a favor del cuatripartito -el PSOE votó en contra- «es precipitada» y responde a un «tema electoralista». En el sector, indica el presidente Fernando García Vallado, no han gustado las formas, pero tampoco el contenido que han podido conocer hasta la fecha, a la espera de que el documento de aprobación inicial salga a exposición pública. «Es muy restrictivo y hay bastante desconfianza. Hay líneas que parecen hechas a la medida de las personas a las que van a perjudicar», sostiene el presidente, que considera que «no parece un plan imparcial».
Entre los motivos de duda se encuentra también el número de viviendas previstas, un total de 3.837, cifra que aún puede variar tras el periodo de alegaciones. «Hace unos meses dijeron dos mil y luego cuatro mil, sospechamos que al final van a ser más», apunta. Los constructores de Asecoa dicen no entender las manifestaciones de miembros del cuatripartito sobre posibles cambios tras esas alegaciones: «Ya dan por hecho que se va a modificar mucho, entonces para qué hacen la aprobación inicial», se preguntan.
A lo largo del proceso, la participación ha estado también en el punto de mira de los empresarios, que dicen no haber recibido información a pesar de las «promesas de consenso» del equipo de gobierno. Por el contrario, continúa el presidente, se les ha tachado de «los malos». «Lo confunden todo, nos apuntan como a grandes promotoras cuando somos autónomos y pequeñas empresas. Lo hacen para desprestigiarnos», afirma García Vallado, que rechaza también toda vinculación con la especulación. «Lo único que queremos es tener trabajo, que es lo que no está pasando ahora por el tema de las licencias que mandan a la CUOTA cuando no hace falta, lo que lo deja todo parado», explica.
A las «equivocaciones» del cuatripartito añaden lo que perciben como una visión del plan centrada en la construcción, cuando «un PGO afecta al desarrollo total del concejo». «Solo queremos que esto se arregle rápido y tener un plan decente y digno», zanja García Vallado.
En las antípodas de ese discurso se sitúa el de la Agrupación de Vecinos y Amigos de Llanes (Avall), que defiende tanto el grueso del plan como el momento elegido para la aprobación inicial. «Se demoró treinta años y no se puede esperar más, hasta 24 horas son demasiadas», aseveran. Sobre el contenido, a falta de estudiar el documento de aprobación inicial, dicen compartir cuestiones como la protección del paisaje y del medio rural y el volumen de viviendas. «Las cuatro mil de ahora son más razonables para una zona como esta, no una locura como la ciudad lineal de antes», dicen. No obstante, adelantan que tienen previsto formular una serie de alegaciones dentro de la «discrepancia democrática», pues «de entrada hay cosas que no nos gustan». «Ahora empieza lo importante, convertir la participación en un acto administrativo», sostienen sobre la próxima fase del plan. Respecto a las críticas a la participación, afirman desde Avall que «nunca ha habido otro proceso igual, eso no lo puede discutir nadie».
Al igual que los constructores se sienten apuntados por el cuatripartito, Avall dice sentirse señalado por el PSOE. «En absoluto Avall participó -en la redacción-, no conocemos ni el documento de aprobación inicial», afirman. Discrepan además de los motivos aludidos por los socialistas para votar en contra del plan, ya que de existir cuestiones al margen de la legalidad «en Avall hubiéramos sido los primeros en decirlo, llevamos treinta años de guardia».
Las discrepancias llegan asimismo a los «trajes a medida» que unos y otros achacan a los planes llaniscos, tanto al presente como al de 2015. Si los constructores entienden que en el actual «parece que se corta por ciertas fincas porque es de tal o cual persona», en Avall afirman que ese fue el modo de proceder en el anterior ordenamiento. «Entonces se hizo primero eso de 'arreglar lo mío' y luego se redactó el plan como un traje a medida», consideran. De ese mecanismo que denuncian se derivan «los grandes fracasos, la locura de dinero y las urbanizaciones sin terminar» en un concejo donde «el paisaje lo hacía todo más cruento». A los constructores les afean además que «vendan la historia falsa de que no hay trabajo» cuando «sí han podido construir, otra cosas es pretender cosas a la medida».
Con la aprobación inicial del PGO ya asentada, Avall ensalza la labor de Vecinos por Llanes, Foro, Izquierda Unida y PP a lo largo de la legislatura, ya que «contra todo pronóstico» cuatro partidos «a los que no les daban ni cuatro meses han podido llegar hasta el final». No obstante, reconocen que la tramitación aún afronta un largo periplo. «Quedan al menos dos años», apuntan, un tiempo en el que se incluyen desde las inminentes alegaciones al paso por el filtro de la CUOTA.
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