El Cabildo de Covadonga mantiene a 22 trabajadores en ERTE por la falta de ingresos

Corren malos tiempos para la economía, incluida la del santuario de Covadonga. En el Real Sitio la crisis del coronavirus obligó en su momento más crudo a cerrar a visitantes y fieles uno de los enclaves con más tirón de Asturias, lo que provocó a su vez una caída drástica de recursos. «Ingresos ninguno, el santuario estuvo blindado», explica el abad, Adolfo Mariño. Esa situación repercutió a su vez en la plantilla, con 22 empleados en expediente temporal de regulación de empleo (ERTE) desde marzo, entre ellos personal de «la Escolanía, la tienda, sacristanía, jardineros y limpieza», enumera el abad. En principio, la previsión que manejan en el Cabildo es mantener la medida hasta el próximo 30 de junio, «cuando ha dicho el Gobierno», apunta Mariño. Precisa además que los empleados «lo entendieron perfectamente» y que el ambiente es «muy bueno».

Las esperanzas de Covadonga se sitúan ahora en el verano, una nueva temporada turística que llegará además marcada por el lavado de cara que el santuario ha experimentado en los últimos meses. Las obras de la explanada, explica el abad, concluirán previsiblemente en tres semanas. De hecho, continúa, ayer mismo los operarios procedieron ejecutar trabajos de pintado en el firme.

Los trabajos, con una inversión del Principado de más de 354.000 euros, incluyen otra novedad de cara al verano, pues una vez finalizados, el tramo entre las casas de los canónigos -edificio que alberga la tienda- y la basílica será peatonalizado. El medio centenar de plazas de esa zona se trasladarán al área situado tras el pabellón de aseos, una reorganización que permitirá mantener la capacidad de estacionamiento, según explicaron desde el Principado.

El acceso a visitantes está permitido en esta fase de la desescalada, tanto a la Santa Cueva como a la basílica, por lo que desde el santuario animan a los asturianos a acudir a los pies de la Santina. Para ello, cuentan además con medidas de seguridad.