Cangas de Onís mira al pasado para evocar sus tradiciones por San Antonio

La capital canguesa vive desde ayer las fiestas de San Antonio, que regresan con fuerza tras el parón por la pandemia. Ángel Lueje fue el ncargado de presentar el acto inaugural que dio el pistoletazo de salida a los festejos de este año. Un vídeo con imágenes del último San Antonio, del antiguo y de lo que será el próximo, acompañado de un homenaje a los cangueses fallecidos durante la pandemia, emocionó a los centenares de asistentes en una abarrotada plaza Camila Beceña. «Cabe recordar que el último pregón fue hace tres años y los fallecidos han sido muchos, hasta 600 en el registro parroquial de Cangas de Onís», indicó Lueje.

La programación comenzó a las 20 horas con el pregón, a cargo del vicario general de la diócesis de Oviedo, el cangués Jorge Fernández Sangrador. El pregonero dedicó su discurso a hacer «un viaje» a la infancia que «es un país», según decía Antoine de Saint-Exupéry; y evocó a Otilia, la comadrona de Cangas de Onís, que «por el servicio que prestó a los cangueses, ayudándolos a venir al mundo, merecería el reconocimiento público que aún no se le ha tributado». Nacido en pleno boom demográfico de los años 50 y 60 en Cangas de Onís, de donde nunca se mudó, recordó a los presentes de dónde viene la tradición de ir en la procesión de San Antonio cantando, como se hace en la fiesta de San Roque de Ortiguero. Asimismo, señaló los que considera que son los tres lugares importantes de la memoria colectiva de los cangueses: el Campu de San Antoniu, con la capilla y el robledal; la capilla de Santa Cruz y el paraje del campo de La Jira-El Molinín.

En el mismo acto, se presentó a la reina de las fiestas, Ana Moro, y las damas de honor, Sofía Mori y Alba González; tras las actuaciones de la banda de gaitas local, el coro Peñasanta y la asociación folclórica Picos de Europa. La inauguración de los festejos culminó con el concierto del grupo de los ochenta La Guardia, además de la actuación de Avalle Van.

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