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El pequeño pueblo de La Portilla hizo gala ayer del relevo generacional, con once niños para el ramo.
Un Carmen que tiende puentes

Un Carmen que tiende puentes

En Bustio la procesión llega a Cantabria y Amieva se repone del robo de su Virgen | La masiva presencia de fieles en Ribadedeva, Llanes y Parres, puso de relieve la fe en una patrona muy querida

G. F. B. / G. P.

LLANES.

Martes, 17 de julio 2018, 00:12

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Las fiestas en honor a Nuestra Señora la Virgen del Carmen gozaron ayer de gran esplendor en toda la comarca. Además, los vecinos de la localidad llanisca de La Portilla homenajearon al Cristo del Camino. En la localidad ribadedense de Bustio la fiesta había comenzado el domingo con la multitudinaria degustación de 600 raciones de sorropotún, el tradicional guiso marinero para el que se utilizaron como ingredientes 150 kilos de bonito, seis sacos de patatas y dos de cebollas. A seis euros se vendía la ración y no quedó ni la muestra. La mañana de ayer se iniciaba con un desplazamiento de los gaiteros Juan Oliver y Monchu Cue hasta la vecina Unquera, donde dejaron pinceladas de asturianía por las calles. A mediodía salía el ramo de pan artesanal en dirección a la iglesia. De la comitiva formaban parte más de cien mozas vestidas de llanisca que, frente al altar, entonaban las coplas del ofrecimiento de los panes. Y lo hicieron de forma magistral, batiendo con garbo y salero sus panderetas al contrapunto de un tambor en manos de Vanesa Galán. La misa de campaña, a la benéfica sombra de dos pláganos y dos palmeras, fue presidida por Amador Galán, párroco de Ribadedeva, asistido por otros siete sacerdotes.

Tras la eucaristía se formó una procesión que parecía interminable. Abría la marcha el gaitero Chuchi Noriega, acompañado al tambor por su sobrina Celia. Seguía el ramo, las niñas y mozas vestidas de llanisca, el estandarte de la Cofradía del Carmen, las andas con la imagen de la Virgen a hombros de los marineros locales, los ocho niños de la Primera Comunión, los sacerdotes, el alcalde del municipio, Jesús Bordas, y varios concejales de Ribadedeva, y un incalculable número de devotos y romeros. La comitiva atravesó el puente sobre el río Deva para adentrarse en Unquera y, a la vuelta, los ocho niños de comunión arrojaban ramos de flores al río en memoria de los marineros de Bustio fallecidos.

En el pueblo llanisco de Hontoria, los actos en honor a la Virgen del Carmen comenzaban con el reparto del bollu y la botella de vino a los 107 socios de la fiesta. A continuación, los porruanos y aldeanas retiraban dos ramos de pan artesanal del domicilio familiar de Carmina Corrales Vuelta, la persona que los ofrecía en la presente edición de los festejos. Acompañados por la banda de gaitas L'Alloru y con el preciado botín de los dos ramos, los lugareños orientaron sus pasos hacia la iglesia, donde el párroco, Domingo González, se encargaba de oficiar la eucaristía, cantada por la coral Brisas de Amió, llegada desde la localidad cántabra de Pechón. Al acabar la misa se formó la procesión que transitó el cinturón de calles y de regreso a la iglesia, se cantó la Salve en la explanada del templo.

En Bustio elaboraron sorropotún con 150 kilos de bonito, seis sacos de patatas y dos de cebollasLos dos ramos de Hontoria salieron del domicilio familiar de Carmina Corrales Vuelta

Finalmente, los lugareños entrelazaban sus brazos para participar en una concurrida danza prima que les llevó hasta la Bolera, donde tuvo lugar el festival folclórico en el que el grupo local presentó como gran innovación un Xiringüelu de Naves doble, bailado por dos porruanos y ocho aldeanas.

La Portilla y su Cristo

En la localidad de La Portilla, satélite de la villa de Llanes, la nueva comisión de fiestas formada por tres grupos de hermanos: Irene y Silvia Sobrino; Dani y Borja Cue, y Juanjo y Carlos Amieva, ponía alma, corazón y vida para sacar adelante la fiesta en honor al Cristo del Camino. A primeras horas de la mañana llegaban a la Bolera dos vistosos ramos de pan elaborados en Mañín por Petri Haces y su hija Laude. El gaitero Manolín Vela y el tamboritero Gregorio Trespalacios ofrecieron un pasacalles por el pueblo, Manuel Díaz Pérez soltaba docenas de voladores al cielo y a mediodía se ponía en marcha la procesión hacia la ermita del Cristo. El ramo de los niños, por turnos, fue a hombros de once chiquillos: Hugo Platas, Juan González, Ángel Arriarán, Daniel Lorenzo, Juanjo Amieva, Diego Gómez, Raúl García, Aldan Melgosa, Lucas González, Pablo Gutiérrez y Gabriel Arriarán.

También a Arriondas llegó la festividad del Carmen en forma de procesión, celebrada en la capilla consagrada a la Virgen. Tras marchar por las inmediaciones del cementerio, los parragueses celebraron una eucaristía en una abarrotada ermita. Lo mismo pasó en la iglesia de Mián, parroquia de Amieva, que se quedó pequeña para venerar al Carmen. Hace justo un mes, unos ladrones robaban la imagen de su patrona y, ayer, los vecinos trataron de mantener las fiestas a pesar de la ausencia. Para ello contaron con una Virgen cedida por sus vecinos ponguetos, que no pudo procesionar por no disponer de las andas adecuadas, pero sí aliviar el luto de los feligreses.

«Si Dios quiere y nos ayuda, el año que viene tendremos una nueva patrona fruto de la ayuda de muchísimos vecinos, feligreses o no, que están colaborando para comprar otra», destacó el párroco Alejandro González.

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