El Carnaval pone a bailar a Arriondas

Los más pequeños de la casa fueron los encargados de ir calentando los motores de una localidad que ya desde por la mañana pedía fiesta, si bien el momento mágico llegó por la noche, cuando cientos de personas se agolparon en las principales calles para disfrutar de un animado desfile que hizo retumbar las paredes de los edificios gracias a los tambores de las charangas.

Abría la comitiva la charanga Élite, con sus músicos ataviados de cocineros y seguidos por un grupo de hadas y enanitos sobre coloridas setas que ya hacían prever que por delante quedaban dos horas de pura fantasía. Con una frenética danza tribal, los gijoneses de Xaréu nel Ñeru animaban el cotarro y a ambos lados de la travesía el público, también disfrazado en gran parte, no podía resistirse al ritmo.

Desde el cercano concejo de Llanes llegaba el Circo Sueños, con los vecinos de Lledías convertidos en coloridos personajes y con una suerte de picaronas cabareteras incluidas que con sus 'sensuales' bailes lograron arrancar más de una carcajada.

Unos metros por detrás, Los Tardones (Gijón) dejaban boquiabierto al respetable con las elaboradas coreografías que sus guerreras troyanas ejecutaban con precisión militar. Y apenas unos minutos después, los vecinos de Toriellu convertían Arriondas en un auténtico bosque mágico, con sus hadas, sus gnomos traviesos, sus pequeñas avispas e incluso una enorme oruga de varios metros.

Otro de los grupos más aplaudidos era el de Posada la Vieya (Llanes), con su mundo onírico en el que 'El sueño de Maeve' se hacía realidad, dando vida a faunos, unicornios, centauros, poderosas brujas oscuras, flores animadas e incluso un dragón cabalgado por una rubia dama que, según pudo saber este diario, viajó desde Poniente para disfrutar del Antroxu parragués.

Los anfitriones tampoco se quedaron atrás y dieron buena muestra de que en Arriondas sobra creatividad. Así, ayer se inauguró la primera aerolínea parraguesa y un grupo de gánsters de los años 20 se coló en el desfile. También hubo hueco para personajes de cuento y cine, como los alumnos de Hogwarts a bordo de su Expreso, la pequeña Eleven y el Demogorgon de la serie de ciencia ficción 'Stranger Things', una pareja formada por Caperucita y Lobezno y un jovencísimo Aladdín al que no le faltaban ni el palacio, ni el Genio ni la alfombra voladora.

Y como el humor no puede faltar a la fiesta de Don Carnal, hubo originales disfraces, como el de un grupo de crecidos niños y niñas rememorando su 'Primera Ostia', un dragón 'indepe' acompañado por Rufián, Torra y Puigdemont, Torrente y hasta dos hipocondiacos personajes que no dudaban en desinfectar a todo aquel que se encontraban, por aquello del coronavirus.