Los conductores urgen el arreglo de la N-634 en Arobes tras un año de cortes

Mientras las incidencias se fueron solventando a lo largo del año, el tiempo ha demostrado que aquel destrozo era efectivamente uno de los más graves de la región. Un año después, la carretera nacional sigue con un único carril abierto y regulada por semáforos, mientras las obras prosiguen su curso con la meta de estar completadas a principios de este 2020, como marcaba la previsión inicial de Fomento. Actualmente, indican desde el Ministerio ahora llamado de Transporte y Movilidad, las tareas se centran en la consolidación de la ladera para evitar futuros argayos. Ello ha obligado a extender el carril cerrado al tráfico, con el consiguiente malestar de los conductores al generarse un cuello de botella. «En el semáforo se espera bastante, urge que acaben de arreglarlo», apunta José Arias, de la localidad parraguesa de Castiello. «Paso varias veces por semana y se hace largo, además el carril cada vez se extiende más y es un trastorno», señala Javier Longo, vecino de Arriondas. Indica, además, que el mal estado de la N-634 se extiende a más tramos y considera que en esa zona de Parres, lo ideal sería «que hubieran hecho la carretera por el otro lado del río» para evitar desprendimientos.

Al incluir tanto arreglos en la vía como en la carretera, la intervención no ha resultado sencilla. Desde un primer momento la prioridad señalada por las administraciones fue la restitución del tráfico ferroviario, ya que esa línea supone una conexión de mercancías estratégica para la gran industria.

A finales de marzo, tras destinar Fomento 1.890.504 euros a construir una escollera y volver a colocar un tramo de vía de algo más de cien metros, los trenes de pasajeros y mercancías volvían a circular con normalidad. Sin embargo, la actuación en la carretera no pudo realizarse de forma simultánea, por lo que su inicio no fue posible hasta el verano.