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L. RAMOS
LLANES.
Viernes, 10 de agosto 2018, 00:27
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Cuatro minutos. Fue el tiempo que tardaron Xabi Blanco y Antonio Batalla, quienes este verano ejercen de socorristas en el arenal llanisco de Toró, en poner a salvo a un bañista que se había adentrado en la mar y tenía problemas para salir. La rápida intervención de los jóvenes efectivos de Cruz Roja llamó la atención de las personas que en ese momento se encontraban en la playa y que no se perdieron ni un detalle de la operación.
En cuanto la 'víctima' comenzó a pedir auxilio, uno de los socorristas se lanzó al agua, mientras su compañero daba el aviso a la central y se unía a él en el rescate. Pese a que las aguas estaban revueltas y a que el bañista se había alejado bastante de la orilla, en solo cuatro minutos los dos jóvenes ya lo tenían tendido sobre la arena y comenzaban a asegurarlo sobre un tablero espinal, ya que no podía moverse por sus propios medios. A continuación, ambos socorristas portearon al 'afectado' hasta la carretera, a la espera de la llegada de la ambulancia todo terreno movilizada hasta el lugar. También hasta Toró se desplazó una embarcación procedente de Borizo, que se encargó de controlar el arenal mientras los dos socorristas evacuaban al afectado.
«Todos los veranos llevamos a cabo simulacros, pues además de formar parte de los requisitos de la Q de calidad, nos sirve para evaluar tanto las capacidades físicas como de manejo de las herramientas de rescate de nuestros efectivos», señaló el coordinador de Playas de Llanes, Yoel Centeno. El presente está siendo, por el momento, un verano «tranquilo», agregó. Los dos rescatadores se mostraron satisfechos con el resultado y aprovecharon para reclamar a los bañistas un mayor respeto. «La gente se sigue bañando con bandera roja, necesitamos que nos hagan caso, pues velamos por su seguridad», apuntaron.
También quienes habían contemplado las maniobras desde la arena alabaron el trabajo de los jóvenes. «Es la primera vez que veo algo así y, desde luego, me quedo mucho más tranquila tras comprobar lo bien que trabajan», apuntó la madrileña Vanesa Gómez. Para José Luis Álvarez, vecino de Logroño con segunda residencia en Llanes, no fue el primer simulacro, pero se mostró de acuerdo a la hora de destacar «la importancia de llevar a cabo este tipo de prácticas, sobre todo en una costa como la asturiana».
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