La cucaña regresa con emoción y récord al puerto de Lastres

Lo cierto es que el joven ganador no lo tuvo fácil y firmó la victoria en la segunda ronda, imponiéndose a sagas de campeones de la cucaña como los Chicaguines y los Canxilones. «Ya mi tío lo llevaba y va pasando de generación en generación», explicó Raúl Fernández Menéndez, de los Chicaguines. Su hermano Javi atesora ya triunfos en ediciones anteriores, lo que supone «un orgullo para la familia», expresó. «El truco es no tener miedo e ir con convicción hacia el ramo», compartió. Como es habitual, los hombres fueron de nuevo mayoría entre los participantes, si bien año a año la inscripción de mujeres va en aumento. Una de las jóvenes que ayer se atrevió con la cucaña fue la llastrina Irene Obaya, de 16 años. «Es la primera vez y es difícil», explicó.

Además de a vecinos, la tradición atrae a visitantes de toda España. Tal fue el caso de Nacho Aguinaga, de Madrid, y primero en tratar de hacerse con el ramo la pasada tarde. «Tengo muchas dudas», compartió momentos antes de lanzarse.

El palo de la cucaña, uno de los mayores en ese tipo de competiciones, alcanzó los 22 metros, catorce de ellos suspendidos sobre el agua. Desde la Cofradía de Pescadores Santa María de Sábada, su secretario Carlos Manso recordó que el memorial lleva el nombre de 'Pistón' como «homenaje» a quien «ayudó de forma desinteresada» durante años a preparar la competición y engrasar la cucaña. Manso indicó además que la Cofradía ha tomado este año las riendas de las fiestas de San Roque por «responsabilidad», al no contar con organizadores. «La gente se volcó con nosotros», agradeció el secretario de los pescadores.

La de ayer fue la última jornada festiva en Lastres, que despidió San Roque con suelta de patos de goma en el puerto tras la cucaña de adultos y la primera edición infantil. El broche de oro lo pusieron los fuegos artificiales, a cargo de la leonesa Pirotecnia Pibierzo.