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G. P.
LLANES.
Martes, 5 de diciembre 2017, 00:07
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La Guardia Civil de Soria ha desarticulado un grupo criminal que cometió al menos 19 delitos de hurto en localidades de cinco comunidades españolas, entre ellas Nueva de Llanes. Los detenidos fueron interceptados por el instituto armado el pasado 25 de noviembre en el punto kilométrico 74,1 de la AP-61, en el término municipal segoviano de Origosa del Monte. Ambos tienen 28 años y su identidad corresponde a las iniciales I.T. y D.D. El método utilizado por los cacos, naturales de Rumania y residentes en Madrid, era el conocido como «abrazo amoroso»: los delincuentes, habitualmente la componente femenina del grupo, se acercaban a la víctima y aprovechaban cualquier excusa para entablar conversación y ganar su confianza. Una vez obtenida la información que le habían requerido, como señal de agradecimiento, abrazaban a la víctima, momento en el que le sustraían sus pertenencias. El hurto más habitual era el de objetos como cadenas, pulseras o anillos y el objetivo eran personas de avanzada edad sin capacidad de ofrecer resistencia.
La investigación policial comenzó el 9 de mayo tras la denuncia recibida por dos robos en la localidad soriana de Duruelo de la Sierra. Siete meses después, la operación 'Pamplo' se ha saldado con dos arrestos por los robos cometidos en Duruelo de la Sierra, Castilruiz, El Royo y Berlanga de Duero (Soria); Briviesca, Villafranca Monte de Oca y Villamanzano (Burgos); Garcillán (Segovia); San Román de Cayón, Reocín, Camarco, Riotuerto y Castrourdiales (Cantabria); Atienza (Guadalajara); Miajadas (Cáceres) y Jérez de los Caballeros (Badajoz), así como en la localidad llanisca de Nueva. Todos ellos, indica la Guardia Civil, son núcleos rurales elegidos por los presuntos criminales por su envejecida población.
Aunque por el momento son dos los detenidos, el instituto armado no descarta nuevos arrestos, ya que este tipo de delitos suelen estar perpetrados por grupos criminales. De hecho, el modus operandi del «abrazo cariñoso» incluye a tres delincuentes, que suelen desplazarse en un vehículo que conduce, por regla general, un hombre y en el que dos mujeres viajan en el asiento trasero. Hasta la fecha, la Guardia Civil no ha podido recuperar los objetos sustraídos por ser «joyas que presentan pocas dificultades para ser vendidas poco después de cometer el delito. Pero se sigue trabajando en ello», indicaron los agentes al mando de la investigación
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