«Mientras exista un solo agricultor defenderemos la plaza de abastos riosellana»

Para afrontar ese reto, el colectivo ha presentado esta semana un escrito en el registro municipal solicitando una copia del informe técnico sobre el estado estructural de la plaza de abastos para poder «contrastar» ese documento, aún desconocido, con otras opiniones especializadas. Lo único que se conoce hasta la fecha es el «alto coste» que supondría la rehabilitación del edificio. Según adelantó la alcaldesa en el último pleno, serían alrededor de 700.000 euros. «Nosotros queremos contrastar esa información porque de sobra sabemos que hay muchas administraciones que engordan los costes», añade Somoano.

Al representante vecinal le sorprende que se esté hablando de la posible demolición de la plaza por presuntas deficiencias estructurales «cuando hasta no hace mucho se organizaban eventos en ella o servía de sede para la asociación Los Más Grandes». Tampoco se cree que el edificio esté en claro riesgo de derrumbe. Es más, piensa que está peor el puente «y por él siguen transitando coches y peatones».

Este colectivo se opone a la demolición de la plaza y pide recuperarla para darle el uso original para el que fue concebida como centro comercial para los agricultores del concejo o de otros municipios vecinos que quieran vender sus productos en Ribadesella. «Todos somos conscientes que la lonja de pescado tampoco tiene la afluencia de pescadores de antaño, pero no por eso la vamos a demoler», compara.

Da la casualidad de que estos dos inmuebles son las dos únicas construcciones del concejo que han quedado incluidas en el registro de la Fundación Docomomo Ibérico en su Categoría B a propuesta del Colegio de Arquitectos del Principado de Asturias. Se trata de dos proyectos arquitectónicos elaborados por Manuel García Rodríguez, la rula en el año 1933 y la plaza de abastos en 1935. Esta fundación es una organización internacional dedicada a la promoción y conservación del patrimonio arquitectónico del movimiento Moderno.