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L. R.
BELEÑO.
Domingo, 1 de abril 2018, 00:48
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El último habitante de la pequeña aldea pongueta de Casielles, Herminio Llamazales, fallecía ayer a los 102 años, sumiendo en la tristeza a todo un concejo. Tras una dura vida dedicada al campo y después de que su mujer, Florentina, falleciese hace ya unos años, Herminio siempre se negó a abandonar la casa en la que crió a sus diez hijos. Siguió a rajatabla el consejo que daba a todos aquellos que le preguntaban por el secreto de su longevidad: «comer poco y trabajar mucho». La propia regidora pongueta, Marta Alonso, compartía ayer la triste pérdida con sus paisanos, recordando a Herminio como «un hombre bueno, cariñoso y afable». El funeral tendrá lugar hoy, a las 14.30 horas en la iglesia de Casielles.
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