Una familia riosellana con cinco generaciones vivas

En Ribadesella, con ocho no basta. La gran familia creada por Ana María González Soto y José Blanco Suárez sigue creciendo. Los seis hijos que tuvieron a lo largo de su matrimonio -dos varones y cuatro mujeres- continúan aportando nuevos miembros a esta amplia prole. Así, Anita cuenta a día de hoy con diez nietos, cinco biznietos y desde esta pasada semana, un tataranieto llamado Pablo. Es el primero, porque todo apunta a que en el mes de mayo de 2023 llegará el segundo.

Anita tiene 88 años y ahora el prestigioso título de tatarabuela, «un cargo al que hoy en día llegan muy pocas abuelas y abuelos», aseguró su hija Lorena. Desde la muerte de su marido en 2019, Anita vive sola en el pueblo de L'Alisal porque así lo quiere, aunque todos sus hijos y familiares están muy pendientes de ella. Una de sus cuatro hijas reside en Gijón, pero a las otras tres y a uno de los dos hermanos los tiene muy cerca, en el mismo concejo de Ribadesella. Al primogénito lo tiene a tiro de piedra, porque reside en Nueva, en la capital del Valle de San Jorge.

Precisamente fue a través de la línea sucesoria de su hijo mayor, José Ángel, por la que ha llegado el último miembro a esta gran familia. Así, el nuevo bebé ha convertido a Anita en una feliz tatarabuela, a su hijo José Ángel en bisabuelo a los 63 años de edad, a su nieta Ani en abuela con 40 años y a su biznieto Borja en padre con tan solo veinte. En total cinco generaciones que viven de forma contemporánea.

Con familias así el problema demográfico desaparecería en nuestro país. Por ese motivo, se merecen la felicitación por hacer posible esta gran familia. Una enhorabuena que, de forma muy especial, ha de recibir Ana María González Soto 'Anita' que recientemente también fue homenajeada por sus vecinos en las fiestas de San Antoniu en Xuncu. Un reconocimiento que compartió con Zulima, pionera del turismo rural en el concejo, como las «más viejas» del lugar.

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