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La comitiva de scooters a la salida del pueblo oniense de Avín. FOTOS: JUAN LLACA
De Llanes a Onís a bordo de la «libertad» de la vespa

De Llanes a Onís a bordo de la «libertad» de la vespa

La séptima concentración de motos clásicas reúne a más de medio millar de aficionados de cuatro países | «Viajar sobre dos ruedas es una forma de vida», destacan los moteros, que hoy volverán a hacerse a la carretera desde La Franca

G. POMARADA / J. LLACA

LLANES.

Domingo, 23 de septiembre 2018, 02:12

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El tenue rugido de los motores de vespas y lambrettas dio ayer la bienvenida a una nueva edición de la marcha anual del Club Vespa Llanes. La comitiva, integrada por 295 vehículos y 515 participantes, emprendía su camino pasadas las once de la mañana, con punto de partida en la villa llanisca. Por delante, 76 kilómetros para disfrutar de la conducción sobre dos ruedas en un entorno que cada año atrae a más participantes. Uno de los alicientes de esta séptima edición fue la novedad del recorrido, que por primera vez se adentró en el concejo de Onís. En Benia tenía lugar pasadas la una de la tarde la parada de rigor para disfrutar de un tentempié y compartir sensaciones. «En la vespa se siente libertad, no oyes el teléfono, solo disfrutas del paisaje», destacó Álvaro Julián, llegado desde Plasencia. Con esta, son tres la ediciones que suma a sus espaldas, pues de la cita llanisca le «atrae todo». «El trato es muy bueno, lo único malo es que está lejos. Hasta Béjar fui en la vespa y luego en furgoneta», explicó junto a su moto naranja, una T5 de 1988.

La hermandad que impera en el grupo es uno de los motivos que atraen desde hace seis años a Luis Ángel García, de Santander. «Nos conocemos todos prácticamente, nos juntamos un grupo de 23 para venir a Llanes», contó el propietario de una vespa P200E de 1980. Profesor de mecánica de profesión, el mantenimiento de su motocicleta es «ideal», al igual que su apego por «la vida sobre dos ruedas». «Mi padre me llevaba en vespa desde pequeño, el primer carné que saqué fue el de moto y tengo cuatro, tres vespas y una Bmw», abundó.

Del lado de las lambrettas, Guillermo Bango, llegado desde Muros del Nalón, destacó cómo las motocicletas clásicas «enganchan», ya que «las grandes no dan la misma sensación». A bordo de su vehículo plateado recorrió en la jornada del viernes media Asturias para estar presente en la concentración del club llanisco, una oportunidad «para desconectar tres días y cambiar impresiones».

La cita supone además un escaparate turístico para los concejos que recorre, pues a la comitiva se sumaron 34 clubes llegados de 93 de localidades españolas, así como de tres países europeos: Bélgica, Inglatera y, por primera vez, Portugal.

Una vez concluida la ruta, en el aparcamiento del Sablón, la concentración continuó con la comida de hermandad y la entrega de premios. Al fallecido mecánico Fernando Naredo recordaron sus compañeros con un homenaje póstumo. La moto mejor restaurada fue la scooter B2097, la más antigua la C9125 y las llegadas desde más lejos las del club Vespartanos de Redondela, Pontevedra. Como piloto más veterano de la concentración fue reconocido Francisco Manuel Iglesias, de Béjar, en Salamanca. Por su parte, el club Vespíritu Santo de Muros del Nalón se llevó el trofeo al grupo con mayor número de participantes. En segunda posición quedaron los SVC Sopuerta de Vizcaya.

La jornada de ayer estuvo también consagrada a los más pequeños, que demostraron su incipiente espíritu vespero a bordo de sus motos de juguete en El Sablón. Hasta la zona se aceraron también numerosos curiosos para admirar la conservación de los vehículos y para disfrutar de la fiesta 'scooterista', en la que no faltó sesión musical y la tradicional paellada de Pepe Cavallé.

La séptima concentración llegará hoy a su fin con una nueva ruta, esta por el litoral de la comarca. La salida será a las 10.30 horas desde La Franca, en dirección a Llanes.

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