Llanes vibra al paso de la Magdalena

A las diez de la mañana, la banda de música de San Martín del Rey Aurelio, bajo la batuta de José Félix Ordiz Montañés, recorrió las principales arterias de la villa interpretando el pasacalles 'El Magdaleno'.

Noventa minutos más tarde tenía lugar el traslado de la imagen de la Magdalena, desde la capilla del siglo XII, su habitual morada, hasta la basílica. A la salida de la ermita, la banda de música interpretó la 'Marcha Real'.

Marchaban por delante el gaitero Santi Galguera, de Naves, y el tamboritero Paco Cue, de Balmori. Abrían paso a siete ramos de pan artesanal. El de los benjamines, a hombros de Marcos de la Vega, Joaquín Figueroa y los hermanos David y Nacho Martín, mientras que de trasladar el de los veteranos se encargaban David Rodríguez, Jaime de Villa, Álvaro Trancón y Javier D'Souza.

Seguían unas trescientas mozas ataviadas de llanisca, que batían sus panderetas al contrapunto de tres tambores manejados por Sara Quintana, Carlota Vela y Candela López. Magdalena Fernández Peña lucía un traje de aldeana del siglo XIX, que fue propiedad de su tatarabuela Amalia Bernaldo de Quirós, primera presidenta del bando.

Por detrás aparecían un centenar de hombres vestidos de porruano y el estandarte de la Magdalena en manos de Álvaro Pérez Díaz, nieto del mítico Eutiquiano Díaz Sordo, 'Tiquiano'. La trabajada tela abría paso a las andas con la imagen de La Magdalena, precedida por las niñas Ana Herrero y Lucía Sánchez, quienes blandían un remo cada una, alegoría para poner en valor la vinculación de la Magdalena con la marinería llanisca. Los sacerdotes Adolfo Mariño, abad de Covadonga, y Florentino Hoyos, párroco de Llanes, así como la plana mayor del bando: Rafael Romero, Pepín Duque de Estrada, Ricardo Berciano y Manuel Mijares, cerraban el cortejo. Tras la eucaristía, se celebró la procesión por el casco histórico de la villa a la que salieron los mismos grupos que participaron en el traslado de la santa, mientras que las presencia de personas en la calle había aumentado de forma desmesurada.

Las mozas, en doble fila y con las panderetas en alto, despidieron a la santa en el momento que regresaba a su capilla. La banda volvió a tocar la 'Marcha Real' y las lágrimas surcaron sin freno las mejillas de decenas de devotos. Era el emocionado recuerdo de los ausentes o fallecidos que reaparecía un año más.

Fue necesario recorrer apenas cien metros para alcanzar la plaza del Muelle, conde se celebró el festival folclórico. De entrada se escucharon los cánticos del ofrecimiento de los panes del ramo, preludio de La Habanera de la Magdalena, acompañada por banda de música, y con participación de las personas ataviadas de aldeana y porruano.

Al igual que en años precedentes, presentó el festival la poeta gallega, de raíces llaniscas, María del Carmen Gago, quien, tras la bienvenida de rigor, precisó que saludaba «a los presentes y recordaba a los ausentes por el legado transmitido». «No dejaremos extinguirse la antorcha festiva», añadió. Las piezas más aclamadas del festival folcórico fueron el Xiringüelu de Naves y la Jota de la Magdalena.

Con pasos magistrales, el galán David Herrero se mostró incansable en la labor de sacar a bailar a Candela, Jimena, Uxía y María, que le esperaban impacientes. Así de sencillo fue el Xiringüelu de Naves. De bailar la Jota de la Magdalena se encargaron este año siete parejas de mujeres, quienes dejaron atónitos a cientos de espectadores al ver sus evoluciones con el porte erguido, las manos confiadas, los pies livianos y un vuelo vaporoso. La Jota de la Magdalena es pieza del siglo XIX, que lleva música y letra de Estanislao Verguillas y Félix Segura Ricci.