La piscifactoría de Infiesto recupera su actividad con los primeros ejemplares
Los pescadores del Esmerillón ya crían en las instalaciones a 2.500 alevines y 250 truchas adultas con los que repoblar los ríos
ENRIQUE CARBALLEIRA
INFIESTO.
Lunes, 20 de enero 2020, 00:38
La piscifactoría de Infiesto, rincón histórico y muy emblemático de la capital piloñesa, ha vuelto a la vida estos días después de varios años de parón. La instalación, propiedad del gobierno autonómico, fue cedida en 2019 al Ayuntamiento de Piloña para el desarrollo de diferentes proyectos medioambientales y turísticos, así como al colectivo de pescadores El Esmerillón, encargado ahora de continuar con la cría de alevines en estas vetustas balsas. El objetivo es seguir dando vida a los ríos asturianos, tan necesitados de especies tradicionales como la trucha y el salmón.
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Han sido meses de duro trabajo para los miembros de la asociación de pescadores más importantes de la comarca, pero el esfuerzo ha merecido la pena dados los buenos resultados. Este viernes llegaban a las instalaciones piloñesas 2.500 alevines y 250 truchas adultas, trasladadas desde el centro que El Esmerillón gestiona en Romillu, en el concejo de Parres. «Ha sido complicado poner a punto las instalaciones de Infiesto, sobre todo porque no hemos contado con toda la ayuda de las instituciones, pero se ha logrado que las balsas vuelvan a servir para la cría de alevines», explicaba el presidente de la asociación, Antón Caldevilla.
Aún restan cosas por hacer, especialmente en lo relacionado con la mejora del suministro eléctrico, «y esperamos que próximamente desde el Consistorio de Piloña se acometan estos últimos trabajos», agregó el presidente de los pescadores. En las próximas semanas también se mejorará el suministro de agua en el laboratorio y se tratará de instalar un cierre exterior de seguridad. Los peces que ya se encuentran en Piloña llegan tras el periodo de desarrollo establecido habitualmente entre diciembre y enero.
Hay en funcionamiento unas siete balsas para comenzar el proceso, aunque el progreso en la cría de alevines será más ambicioso, con la posibilidad de que en dos años se pueda alcanzar la cifra de 300.000. Más allá, incluso se baraja un techo superior a las 600.000 crías, «a partir de los tres años». Con esta cantidad se podría desarrollar una amplia repoblación de todos los ríos de la comarca e, incluso, de otros puntos de Asturias.
La repoblación es, para los miembros del Esmerillón, «algo fundamental para la recuperación de los ríos y para que se pueda seguir practicando la pesca», advierte Caldevilla. Y es que, aunque esta recuperación de la piscifactoría y los datos de nuevos alevines que se contemplan invitan al optimismo, los pescadores quieren alertar de posibles obstáculos en el camino.
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Cormoranes
Uno de estos obstáculos es la presencia del cormorán, «un gran depredador con un efecto muy negativo para el mantenimiento de nuestras especies autóctonas». Por esa razón desde El Esmerillón se insiste constantemente en la necesidad de controlar la proliferación de estos depredadores.
Pero hay más. Los pescadores ven con preocupación los mensajes que se están enviando en los últimos meses desde la administración y que podrían limitar la actividad de la pesca en los ríos asturianos. «Consideramos que algunas declaraciones no invitan a que nos podamos sentir tranquilos. Nosotros somos pescadores y nos gusta pescar. Si finalmente no podemos practicar este deporte, entonces ya no seremos pescadores y tendremos que dejar de hacer muchas de las cosas que hacemos», advirtió el presidente de los pescadores, quien no ocultó su disgusto este fin de semana por esta situación. «Toda esta labor de repoblación supone un gran trabajo y también dinero por parte del colectivo, pero se hace porque queremos unos ríos vivos en los que se pueda pescar», añadió.
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