Posada rinde homenaje a Santiago

Ambas agrupaciones se sumaron a la procesión de la que también formaban parte cinco ramos: tres de rosquillas dulces y dos de pan artesanal. El ramo de los guajes iba a hombros de los niños Mateo, Javier, Matías y Rodrigo. Por detrás aparecían el gaitero Santi Galguera y el tamboritero Ángel Rey.

En torno a dos centenares de niñas y mozas ataviadas de llanisca batían sus panderetas al contrapunto de dos tambores que tañían Clara Gutiérrez y Leire Peláez. Las aldeanas flanqueaban el paso de las andas con la imagen de un espectacular Santiago sobre un manto de claveles rojos y paniculata. El párroco, Aurelio Burgos, y un elevado número de vecinos y turistas cerraban la comitiva que transitó por la vía principal de Posada ante la mirada de varios centenares de personas a ambos lados de la carretera que continúa hacia Cabrales y Cangas de Onís.

Tras la eucaristía, la plaza de Parres Piñera acogió un festival folclórico con participación de porruanos y llaniscas de todos los segmentos de edad. Los guajes interpretaron el Quirosanu, el Trepeletré y la Jota de Leitariegos, mientras que juveniles y veteranos bailaron el Quirosanu, la Jota del Cuera, el Fandango de Pendueles, el Xiringüelu de Naves y un Pericote de seis triadas. Javi fue el bailín del Xiringüelu, incansable en el cortejo a cuatro mozas: María, Olaya, Clara y Moraima. Se repartieron los panes y rosquillas de los ramos y la mañana festiva se dio por concluida en Posada. Ya por la tarde, la fanfarria corverana El Felechu ofreció un pasacalles, se repitieron los bailes matinales y los lugareños entrelazaron sus brazos para dar vida a la esperada danza prima.