El Principado consigna 300.000 euros para el derribo del instituto cangués

Con esta actuación, que contará con un plazo de ejecución de tres meses y se acometerá, previsiblemente, durante el verano aunque aún no están fijadas las fechas concretas, también se pretende desde el Gobierno regional disponer de espacio suficiente para la construcción de un nuevo inmueble. Precisamente, la demolición, que cuenta con financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), se desarrollará de forma paralela a la redacción del proyecto de rehabilitación parcial y nueva edificación complementaria del instituto. Unos trabajos que han sido adjudicados ya a la empresa Lumo Arquitectos por 88.708 euros, IVA excluido, y que cuentan con un plazo de ejecución de seis meses.

Durante los últimos años y hasta su cierre por motivos de seguridad, este inmueble albergó, entre otras cosas, las aulas de los alumnos de primero y segundo de Educación Secundaria Obligatoria, quienes desde hace varios cursos se ven obligados a estudiar en los barracones instalados en el patio del instituto. Una situación que se está prolongando más de lo deseado por padres, profesores y los propios escolares y que hasta el momento fue motivo de numerosas críticas. Muchas de ellas se centraron en las «malas condiciones» que en jornadas de intenso calor o de mucho frío tienen que soportar alumnos y docentes, por lo que desde el Principado ya se llevaron a cabo diferentes medidas, como mejoras en la cubierta de los módulos, con el fin de paliar las molestias.

Según indicó ayer Guillermo Martínez, este año la Consejería de Educación ha destinado 49.000 euros a diversas actuaciones de mejora y rehabilitación de los barracones, así como para el asfaltado y canalización del patio del instituto. «Parte de estas obras ya se han llevado a cabo y el resto se ejecutarán durante el verano», precisó.

El proceso para renovar el instituto Rey Pelayo se topó hace año y medio con un importante escollo, al enfrentarse Principado y Ayuntamiento cangués debido a la ubicación elegida por el primero para el nuevo edificio, que tanto Consistorio como comunidad educativa rechazaron. Finalmente, Educación dio marcha atrás y aceptó la propuesta de los cangueses, si bien hubo que comenzar de cero con la redacción de un nuevo proyecto.