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Natalia Díaz-Ordoñez Melgarejo dirige al equipo encargado de recuperar las pinturas murales en la iglesia de San Salvador de Moru. NEL ACEBAL
Un santo entierro en Moru

Un santo entierro en Moru

Comienza la octava campaña de rehabilitación en el templo riosellano de San Salvador. Se va a centrar en un mural de 64 metros cuadradosLos restauradores vuelven a Nocéu para seguir recuperando las pinturas de la iglesia

JUAN GARCÍA

RIBADESELLA.

Martes, 3 de octubre 2017, 06:44

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Concluida el año pasado la reconstrucción estructural de la iglesia de San Salvador de Moru, este lunes comenzaba en Nocéu (Ribadesella) una nueva fase de restauración de sus pinturas murales, correspondientes a los siglos XV y XVI, atendiendo a su estilo pictórico. Los trabajos cuentan una vez más con la dirección técnica de Natalia Díaz-Ordóñez Melgarejo en un equipo de cuatro personas. Junto a ella, vuelve María Hernández, que participó en la primera campaña y dos alumnas diplomadas de la Escuela Superior de Arte de Avilés, con la que la Asociación Cultural Iglesia de Moru, promotora de los trabajos, mantiene una estrecha colaboración. Las dos colaboradoras elegidas este año son Cristina Hidalgo y Cándida Bermejo, con gran experiencia en restauraciones llevadas a cabo en Italia y otros puntos del continente Europeo.

Esta nueva fase, la octava de todas las que se han ejecutado desde el año 2008, se centrará en recuperar la pintura mural ubicada en el testero, en el frontal del altar mayor, «alrededor de 64 metros cuadrados de superficie, una auténtica barbaridad», destacó la presidenta de la asociación, Ana María Fernández. La semana pasada se colocaron los andamios y este lunes comenzó la limpieza de una pared que está llena de «capas de cal, sales, musgos o líquenes».

A día de hoy, teniendo en cuenta los pequeños tramos que se dejan ver en el enorme mural, se supone que las restauradoras se van a encontrar con la escena de un santo entierro. «Hay unos ángeles que suben algo hacia el cielo, un grupo de cantores y se intuye que puede haber un corazón. Pero lo hermoso de todo esto es que vamos a ser los primeros en ver este hallazgo arqueológico que se ocultó con cal entre los siglos XVII y XVIII», añadió Fernández.

Este año trabajan en el testero y para el 2018 solo restará actuar en los frescos de la bóveda

260 metros cuadrados

Si el presupuesto lo permite, el año que viene se acometerá la restauración de los murales situados en la bóveda, concluyendo así un largo proceso de diez años de duración. «Estamos hablando de la iglesia de su época con mayor superficie de pintura mural de Asturias. Tiene 260 metros cuadrados de pared decorada. Hasta ahora se han restaurado los muros norte y sur. Este año acometemos el testero y el año que viene, si se puede la bóveda. El milagro de Moru continúa», explicó Fernández. En este templo ya se puede contemplar un Última Cena completamente restaurada que mide diez metros de largo por tres de alto.

De momento aún no se ha confirmado ninguna de las subvenciones solicitadas a los estamentos públicos y religiosos, aunque gracias a las cuotas que abonan los socios y las aportaciones de fundaciones privadas, benefactores y «donantes fieles» con el proyecto, la asociación ha conseguido dinero suficiente para afrontar esta fase. «Si al final nos llega la ayuda solicitada ahorraremos dinero para la novena y última fase prevista para el año que viene, acabando en el año en el que la asociación cumplirá diez años de existencia», añadió Ana María Fernández. Diez años en los que gracias al ímpetu de estos vecinos, la iglesia de Moru ha dejado de ser la ruina en la que se convirtió durante la Guerra Civil española.

En paralelo, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Ribadesella, estos días se está procediendo a la instalación de luz eléctrica en el templo. Esta se alimentará con placas solares cedidas por el Consistorio, que a su vez se encargará de la iluminación exterior. La asociación asumirá la red interior. A su vez, la semana pasada se aplicó una capa de resina en el suelo del ábside, actuación que había quedado pendiente del año pasado. De esta forma, la planta principal del edificio ha quedado completamente saneada.

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