El sector turístico confía en que la ruta de Covadonga potencie los albergues

La propuesta de Principado y ayuntamientos de crear una ruta entre Oviedo y Liébana, articulada en torno a Covadonga y con la mayor parte del recorrido por el Oriente, representa para los empresarios de la comarca una oportunidad de negocio e inversión. «La sensibilidad es que hay que potenciar ese camino para que la gente pueda acercase a Covadonga por el interior», explica el presidente de la asociación de empresarios de los Picos de Europa (Incatur), Saúl Pascual. La medida, abunda, ya fue abordada dentro de su plan estratégico, si bien han detectado una carencia: la «escasa dotación de albergues en la zona». A pesar de que «la hotelería tiene camas de sobra para ese flujo», señala que el peregrino requiere también de establecimientos específicos.

En el Oriente existen en torno a una decena en Piloña, Parres, Cangas, Onís y Cabrales, por lo que desde Incatur entienden que, de ponerse en marcha el camino, sería también un revulsivo para la creación de más albergues. «La subida de oferta puede impulsarlos e incentivar la inversión», señala Pascual. Fernando Ruiz es el responsable de uno de esos alojamientos, la Casa de la Montaña de Avín, en el concejo de Onís. Participó además en la definición de la ruta a su paso por el municipio, que define como un elemento «bueno» para el sector local. «El impacto va a ser claramente positivo, no hay más que ver cómo está el Camino de Santiago por la costa», explica. El problema que detecta es que, hasta la fecha, «Covadonga se había quedado fuera de los circuitos marianos». Sin embargo, la relevancia del santuario motiva que «mucha gente se derive desde Ribadesella para visitarlo». «Es una corriente económica y un gran invento, el Camino de Santiago es una forma de viajar de bajo impacto y es algo a lo que debiéramos aproximarnos», sostiene.

A pesar de lo halagüeño de la iniciativa, en el sector turístico oriental son conscientes de que aún queda mucho por hacer. Desde el ámbito de lo público apuntan a la adecuación de los senderos finalmente elegidos y a la instalación de señales. Para los propios negocios, reconocen, también será necesaria una actualización. «Hay que ofrecer desayunos tempranos, varios idiomas, cocina libre, punto para lavar la ropa, espacio para las bicis... La próxima semana comenzaremos a hacer obras pensando ya en esas necesidades», indica Ruiz. Considera asimismo que será necesaria una tarea de promoción entre los empresarios, pues parte del sector «desconoce este nuevo camino».

La intención de Cultura es tener lista la ruta en 2022, coincidiendo con el XIII Centenario de la Batalla de Covadonga. Hasta entonces, falta aún señalizar y adecuar el itinerario y dotarlo de un nombre «atractivo», tal y como reconoció la consejera Berta Piñán. En estos últimos años los concejos por los que discurrirá -Peñamellera Baja, Peñamellera Alta, Cabrales, Onís, Cangas de Onís, Parres y Piloña, así como Nava, Siero, Noreña y Oviedo- han estado trabajando en delimitar sus recorridos, que deberán ser unificados por el Principado.