El Sella da un respiro a los estudiantes del MIR

A lo largo de ocho kilómetros, entre las instalaciones de Jaire y el puente de Toraño, fueron intercalando el darle a los remos con paradas en los chiringuitos, donde no faltó la sidra. Todo ello con la garantía de estar ya vacunados.

Entre los MIR, el sentir era unánime: tras doce horas de estudio diario de lunes a sábado, los domingos necesitan un respiro y el descenso en canoa es el plan perfecto. «Ya había bajado otra vez el Sella y me gustó mucho, hace falta descansar después de muchos días dando caña al estudio», señaló Antonio García, de Alicante. «Lo más importante es hacer algo que no tenga que ver con lo del resto de la semana, salir y que te dé la luz», valoró Ruth Martín, de La Gomera. Para Marta Delgado, de Ourense, la jornada de descanso «es una parte de la preparación del MIR y debería ser obligatorio porque hay gente que está los siete días estudiando».

Hasta principios del próximo año, los futuros médicos se prepararán para el examen en Oviedo, una «ciudad MIR». «Viene muchísima gente de todos los sitios», explicó Ana Pérez, de Bilbao. Por fortuna, a lo largo de estos meses en las playas y montañas asturianas encontrarán un desahogo a los largos periodos de estudio que les depara la prueba crucial de sus carreras.