El Sespa indemnizará con 51.000 euros a la 'envenenadora' de Arriondas

Aceptó indemnizar con 6.000 euros a cada uno de los dos compañeros a los que reconoció haber tratado de envenenar y ahora ella recibirá más de 50.000 al declarar la justicia improcedente su despido. Después de que el jueves EL COMERCIO adelantase que la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) respaldaba el recurso interpuesto por C. N. C., conocida como la 'envenenadora' del hospital de Arriondas, contra su despido, este viernes fuentes de la Consejería de Salud reconocían a este mismo diario que desde el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) han optado finalmente por indemnizar a la extécnico de laboratorio.

Era una de las tres opciones que le quedaban al Ejecutivo asturiano tras el fallo del TSJA. En el mismo los magistrados daban la razón a la recurrente, indicando que durante la tramitación del expediente disciplinario que concluyó con su despido se huno «un periodo de cuatro meses de inacción no justificada» y que este excedió el año máximo de duración, «con la consecuencia de la caducidad». Así, ordenaban al Sespa bien a readmitir a C. N. C. y abonarle todos los atrasos que se le debían desde su despido, a razón de 71 euros por día; bien a indemnizarla con un total de 51.242,40 euros.

La tercera opción por la que podría haber optado el Servicio de Salud era la de interponer un recurso de casación para la unificación de doctrina. Sin embargo, finalmente el ente se ha decantado por pagar la indemnización a la mujer, sin contemplar la opción de recurrir o readmitirla en su puesto.

C. N. C. fue condenada en febrero de 2018 a un año y medio de cárcel, no acercarse a menos de 150 metros ni comunicarse por ningún medio con sus excompañeros durante otros dieciocho meses y pagarles 6.000 euros de indemnización a cada uno de ellos. A esta condena se llegó después de que, a mitad del juicio que se estaba celebrando en el Penal 2 de Oviedo el abogado de la defensa aprovechase un receso para plantear una conformidad a las partes. La mujer se limitó entonces a reconocer los hechos, que durante varios meses de 2015 se había dedicado a inyectar sustancias como sangre, vinagre y ácido clorhídrico en las botellas de agua de dos de sus compañeros del Laboratorio del hospital de Arriondas. Fue pillada 'in fraganti' gracias a una cámara oculta instalada en las dependencias a petición de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Llanes.