Borrar
Punto kilométrico 15 de la carretera AS-264, donde se instalará una de las viseras. FOTOS: JUAN LLACA
Sotres afronta «un invierno más de sufrimiento» antes de tener las viseras

Sotres afronta «un invierno más de sufrimiento» antes de tener las viseras

«Esperamos que ahora que ya las tocamos con la punta de los dedos no haya ningún accidente», confían los vecinos del pueblo cabraliego

GLORIA POMARADA

ARENAS.

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Sotres ha aguardado durante décadas la llegada de una obra que esta misma semana veía la luz. Con la aprobación por parte del Principado de una inversión de 1,7 millones de euros destinada a instalar viseras antialudes y sistemas de protección en la carretera AS-264 que da acceso al pueblo, los vecinos ven atendida su principal reivindicación de los últimos años. La satisfacción es compartida entre los residentes del núcleo más alto del Parque Nacional de los Picos de Europa, pero su paciencia aún debe salvar otro escollo: en una carretera de montaña pocos confían en que los meses invernales permitan dar comienzo a los trabajos. «Tendría que venir un invierno como el de la temporada 2007/2008 cuando cayeron treinta centímetros», explica Ana Moradiellos, del restaurante La Gallega.

Sin embargo, lo común en Sotres, a 1.050 metros de altitud, es que las nieves lleguen entre finales de noviembre y las primeras semanas de diciembre y superen el metro. Además, el proyecto aún debe salir a licitación en los próximos días y ser adjudicado, una tramitación que se puede prolongar durante semanas. «Si empiezan en primavera no es poco. Es una carretera por donde pasan muchos turistas, cada vez más que vienen a esquiar. No es una broma el peligro», apunta Moradiellos. «Es también un peligro para la máquina quitanieves», añade el vecino Manuel Fernández, quien lamenta que les espere «un invierno más de sufrimiento».

También el hostelero Manuel Ángel Fernández, del hotel Peña Castil, insiste en la necesidad de las viseras antialudes dado el peligro que entrañan los desprendimientos en la carretera. «Llevan siendo necesarias desde hace treinta años, esperemos que ahora cuando ya las tocamos con la punta de los dedos no vaya a haber ningún accidente durante el invierno», apunta. Acostumbrado a tratar con turistas en su negocio, Fernández considera que muchos «no son conscientes del peligro. Es un milagro que no haya más accidentes». El último siniestro mortal se remonta a 1993, cuando una vecina falleció a causa de un desprendimiento. Sin embargo, cada invierno se repiten los incidentes en la carretera, con coches atrapados por la caída de aludes y las consiguientes horas de espera hasta que son retirados por la quitanieves. En el mejor de los casos, los neveros son de un espesor que permite a los propios conductores apearse del vehículo y despejar la vía pala en mano. Acostumbrados a sucesivos percances, han terminado por seguir pautas de seguridad en los desplazamientos, como no viajar en las horas centrales del día, cuando la nieve se funde; o prestar especial atención a los puntos más peligrosos, especialmente a la zona conocida como La Correntía. Este mismo febrero, una decena de vehículos quedaron atrapados durante más de seis horas al registrarse hasta nueve desprendimientos de nieve en la carretera.

Ese mismo mes, el consejero de Infraestructuras anunció en la Junta que esta sería «la ultima campaña sin viseras». Con Lastra precisamente se reunía la pasada semana el PSOE local, cuenta el concejal y vecino de Sotres Juan José Álvarez, quien aplaude la medida y recuerda que en los últimos meses se han realizado sondeos en la AS-264. «Lo importante es que va para adelante, a los vecinos nos van a beneficiar mucho», destaca.

Al consejero le expusieron también, indica Álvarez, más problemáticas de Cabrales, como la incidencia del lobo en la ganadería, la actual gestión del Parque Nacional y los atascos registrados en Poncebos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios