La vuelta de los ingresos permite sacar del ERTE a trabajadores de Covadonga

El santuario de Covadonga recupera el pulso tras los meses de parón motivados por la crisis sanitaria y con él, comienza a poner fin a los expediente temporales de regulación de empleo (ERTE) que el Cabildo se vio obligado a aplicar el pasado mes de marzo. «En verano ya hay algún ingreso», explicó a EL COMERCIO el abad, Adolfo Mariño, quien cifró en «tres o cuatro» los empleados que continúan en esa situación, frente a los 22 que llegaron a estar afectados. Durante el estado de alarma, el Real Sitio estuvo cerrado a los visitantes, por lo que también sus cuentas se resintieron. Sin llegar a los niveles de julios previos, por el santuario ya está pasando «mucha gente, sobre todo por la cueva», indicó el abad.

Los visitantes que este verano acudan al Real Sitio se encontrarán además con la explanada completamente renovada. La previsión es que las obras finalicen a mitad de la próxima semana, tras rematar en los últimos días el pasillo que conduce a la basílica. «Lo estuvieron abujardando para que no se resbalase», precisa Mariño. Los trabajos, financiados por el Principado con una inversión de más de 358.000 euros, comenzaron el pasado noviembre y se han centrado en la renovación del firme, plagado desde hace años de socavones; así como la habilitación de una rampa y aparcamientos para personas con movilidad reducida y la renovación de tramos de la red de saneamiento, abastecimiento de agua potable y alumbrado. «Quedó muy bonito y la gente está muy contenta. Además, se quitaron todas las barreras arquitectónicas que fue posible», señaló Mariño.

Otra de las novedades fruto de la intervención es la creación de un espacio exclusivo para los peatones. Ese tramo se extiende desde el inicio de las casas de los canónigos -edificio que actualmente alberga la tienda- hasta la basílica y sitúa a Covadonga al nivel de otros santuarios marianos, como los de Montserrat y Lourdes, donde «están haciendo como nosotros», recalcó el abad. «Es un espacio de recogimiento, donde se puede pasear. Ganamos en seguridad», destacó.

En cuanto al medio centenar de aparcamientos que albergaba esa zona, han sido ya trasladados al área situada tras el pabellón de aseos, donde antes aparcaban los autobuses. Esos vehículos de transporte colectivo dejan ahora a los visitantes en la explanada y estacionan a continuación en los aparcamientos habilitados más abajo, junto a la carretera.

Las obras de la explanada eran desde hace años una reivindicación tanto del Cabildo como de los visitantes. Los trabajos se incluyeron ya en los presupuestos autonómicos de 2018 y su inicio se situó en un primer momento en el otoño de ese año, una vez pasada la visita de la Familia Real con motivo de los centenarios. Sin embargo, los trámites administrativos se prolongaron durante medio año, ya que una de las empresas presentadas tuvo que ser excluida y la segunda mejor posicionada no entregó la documentación solicitada. Todo ello terminó dilatando una ansiada reforma que verá finalmente la luz en los próximos días.