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Alejandra Díaz y Javier Teruelo, durante la conferencia. ÁLEX PIÑA
Piden un protocolo como el de la violencia de género para las agresiones fuera de la pareja

Piden un protocolo como el de la violencia de género para las agresiones fuera de la pareja

Amnistía Internacional y el catedrático de Derecho Penal Javier Teruelo reclaman que no se cuestione a las víctimas

SANDRA S. FERRERÍA

OVIEDO.

Jueves, 14 de marzo 2019, 03:34

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Políticas públicas para ayudar y acompañar a las mujeres que son víctimas de violencia sexual. Esta fue la principal reclamación que se realizó ayer en una charla organizada por Amnistía Internacional Asturias, la Asamblea de Derecho y el Consejo de Estudiantes de la Universidad. La activista Alejandra Díaz desengranó el informe 'Ya es hora de que me creas. Estereotipos en la atención y protección de las víctimas de violencia sexual en España'.

Estas víctimas, en las agresiones que se producen fuera de la pareja, están «invisibilizadas, cuestionadas, desprotegidas y juzgadas». Por ello, defendió, es necesario que se impulsen políticas públicas, y que exista un protocolo similar al de violencia de género, así como formación específica sobre violencia sexual para el equipo multidisciplinar que estará en contacto con la víctima. Sostienen en Amnistía Internacional que la mujer que sufre una situación de violencia sexual fuera de la pareja no se encuentra después con un camino definido y establecido para actuar, para interponer denuncia y recabar ayuda. De ahí, recalcan, la importancia de que se ponga un marcha un protocolo como el que ya existe para las víctimas de violencia de género. En la charla, bajo el título 'La violencia sexual en España', participó el catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Oviedo, Javier Teruelo, quien destacó el camino que se ha recorrido en esta materia, tanto en legislación como en jurisprudencia, aunque alertó de que todavía queda mucho por hacer.

Así, recordó que en los años 70 y 80 la agresión sexual era un delito contra la honestidad. Una violación a una prostituta no era delito, porque se entendía que ella no tenía honestidad. También aludió al conocido como el caso de 'la minifalda', en los años 90, en el que un hombre fue absuelto de violar a una mujer porque ella llevaba minifalda. «El Tribunal Supremo decía que con su comportamiento la mujer había provocado al hombre», recordó.

En la actualidad, la discusión se centra en si está justificado distinguir entre prevalimiento (no se amenaza porque se sabe que la víctima no se va a resistir) y la intimidación (donde hay una amenaza verbal). «La propuesta de reformar el Código Penal en este asunto ha quedado paralizado por las próximas elecciones generales», apuntó Teruelo.

Tradicionalmente, contó, los jueces, con carácter general, cuestionaban la credibilidad de la víctima si incurría en contradicciones. «Hay que entender que lo que ha sufrido una mujer puede condicionar su testimonio», planteó, por contra, Teruelo.

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