Una presa embarazada denuncia que no se la traslada a la unidad de madres

«Me quedan dos meses de embarazo y cuando nazca el bebé, no podré estar en el Centro de Inserción Social. ¿Qué van a hacer entonces, separarme del recién nacido?». M. R. G. es una gijonesa de 35 años que cumple condena en régimen de tercer grado en las dependencias externalizadas del centro penitenciario de Asturias y a quien le quedan apenas dos meses para salir de cuentas. Su problema, y por el que lleva meses peleando, es que una vez que se convierta en madre, no podrá permanecer en el CIS de Oviedo en el que en la actualidad cumple la pena por quebrantamiento de una orden de alejamiento.

Instituciones Penitenciarias autorizó a principios de diciembre su traslado al Centro de Inserción Social Victoria Kent, en Madrid, en el que se permite la estancia de madres que cumplen condena en tercer grado en compañía de sus bebés. «Primero denegaron el traslado por razones del embarazo, al presentar el informe médico de la última revisión en el HUCA, ahora lo que alegan es por razones sanitarias, no especifican si por motivo de la pandemia, pero lo que está claro es que cuanto más tiempo pase y más cerca esté el parto, más riesgo conlleva el viaje por carretera de varias horas hasta Madrid», señalan fuentes próximas a la embarazada.

A su parecer, se está incumpliendo el derecho fundamental que garantiza que las presas puedan estar en compañía de sus hijos menores de tres años durante el tiempo que permanezcan en un centro penitenciario o en un centro dependiente de Instituciones Penitenciarias, como es el caso concreto de M. R. G., a quien le quedan aún varios meses para alcanzar la libertad total con el cumplimiento de la suma de las dos condenas que tiene en firme.

De no ser trasladada a la Unidad de Madres del Centro de Reinserción Social Victoria Kent, la opción que se le presenta, al no poder permanecer con el bebé en las dependencias actuales, sería regresar a los módulos de segundo grado, es decir, a ingresar de nuevo en el centro penitenciario de Asturias, donde en el módulo de mujeres sí se permite la estancia de niños pequeños. «Solo pido que se cumpla lo que está autorizado, que es mi traslado a Madrid, y pueda tener al bebé conmigo mientras cumplo la condena», argumenta.