El primer asturiano que se congela el cerebro para resucitar

«Lo que ocurrió fue una tragedia. Murió tras una larga lucha contra una enfermedad mental y hemos querido congelar su cerebro y enviarlo a Suiza para que algún día podamos revivirlo. En el cerebro se encuentran los recuerdos de la persona, está también integrada su personalidad, por lo cual, conservar su cerebro es conservarlo a él», cuenta un familiar, que insiste en preservar la identidad del fallecido.

Aunque no todo es tan sencillo como parece. La criogenización o criopreservación humana no es legal en España y no porque sea ilegal, sino porque no existe regulación específica sobre esta práctica.

Se calcula que unas 5.000 personas en el mundo se han inscrito en listas de espera para la crioconservación con la esperanza de prolongar su vida. Pero esta práctica sólo es legal en algunos países como Estados Unidos, Suiza, Alemania, Rusia, Holanda y Bélgica.

«Es algo costoso y los trámites no son sencillos. En el mundo hay sólo unas pocas personas que han sido criopreservadas y en España son cinco personas, de las cuales, sólo hay un asturiano, que es nuestro familiar», abunda el portavoz del langreano criogenizado.

Uno de los expertos en esta materia, el ingeniero, economista y autor del 'bestseller' internacional 'La muerte de la muerte', José Luis Cordeiro, aseguró que «en menos de 30 años los avances científicos podrían permitir la reanimación de personas criopreservadas».

Según Cordeiro, en España, la historia de la criopreservación está marcada por varios hitos importantes: «La primera persona que fue criopreservada en España, fue la joven Cristina Comos Castillejo, en 1996, y en 2002 también falleció su abuela. Ambas están actualmente criopreservadas en la Fundación Alcor en Arizona, Estados Unidos. La primera criopreservación en la península ibérica, y tercer caso español, ocurrió en el año 2016, cuando el barcelonés Javier Ruiz Álvarez falleció de un infarto en su casa en Aranjuez, y ahora su cuerpo se encuentra en un pequeño centro en Alemania», explicó el experto.

Este experto en criónica y longevidad destaca también que la cuarta criopreservación fue coordinada por un joven español cuando su padre francés falleció en el año 2018 y fue transferido de urgencia desde los Pirineos galos hasta un centro de criopreservación en Rusia.

La quinta criopreservación acaba de ocurrir. Ha sido hace apenas unas semanas en Asturias cuando un joven español logró criopreservar a su padre y enviarlo a un nuevo centro, hoy quizás el más avanzando del mundo, la Fundación Europea de Biostasis al norte de Zúrich en Suiza», señala Cordeiro.

José Luis Cordeiro afirma con contundencia que en un país donde la cremación, anteriormente prohibida, ahora es el método funerario más común, es importante reflexionar sobre el futuro de la criopreservación. Con avances científicos que podrían permitir la reanimación de personas criopreservadas en menos de 30 años, la discusión sobre la legalización de esta práctica cobra una relevancia aún mayor.

«La ciencia avanza a un ritmo acelerado y es fundamental que las regulaciones y políticas se adapten para reflejar estos avances. La criopreservación ofrece la esperanza de un futuro donde la muerte no sea necesariamente el final, sino el comienzo de una nueva oportunidad», subrayó Cordeiro y agregó que «en un mundo en constante evolución, es crucial mantenernos abiertos a nuevas posibilidades y explorar cómo la tecnología puede transformar nuestra comprensión de la vida y la muerte».

El también escritor destacó que, contrario a la creencia popular, el pionero de la animación, Walt Disney, no fue sometido a criopreservación tras su fallecimiento en 1966.

«Su cuerpo fue cremado en Los Ángeles, desmintiendo así una de las leyendas urbanas más difundidas. Sin embargo, la historia real nos lleva al caso de James Bedford, quien se convirtió en la primera persona criopreservada el 12 de enero de 1967», dijo el también ingeniero.

Cordeiro es optimista y está convencido de que el ser humano será capaz de lograr la inmortalidad. «Es sólo cuestión de tiempo», afirma paradójicamente.