Las primeras vías del AVE en Asturias

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) adjudicó a finales de enero al grupo Azvi la instalación del tramo de vías que va desde Pola de Lena hasta los túneles de Pajares. Lo hizo por 16,2 millones de euros, a través de un contrato en el que también se incluye la construcción de un cambiador de ancho de vía a la altura de Campomanes. Esta instalación permite, en pocos minutos y sin detener el tren, que los ferrocarriles modifiquen la separación que existe entre sus ruedas, para pasar del ancho ibérico que existe en la red de Cercanías y que de momento será la única que siga funcionando en territorio asturiano -con 1.668 milímetros de separación entre los raíles- al denominado ancho internacional, que es el que utilizan los trenes de alta velocidad -1.435 milímetros-.

El montaje de las vías en la vertiente asturiana, para cuya ejecución Azvi tiene un plazo de diez meses, es posible una vez que se han logrado controlar los problemas que existían en la ladera norte de la variante, que durante muchos años presentó riesgo de desmoronamiento. El ritmo que lleva estos trabajos permite pensar además en que se puedan cumplir los últimos plazos trasladados desde Fomento, que fijaban para finales del próximo año la culminación de toda la infraestructura ferroviaria, de modo que las pruebas necesarias para la puesta en marcha definitiva de la alta velocidad hasta Asturias pudieran empezar en 2021.

Quedan no obstante cuestiones pendientes, objeto desde hace años de debate político. Por un lado, el tema de la disposición de las vías. Las que se están montando junto a la estación de Pola de Lena son de ancho ibérico, pero sobre unas traviesas polivalentes que permitan en el futuro cambiar al ancho internacional únicamente moviendo el punto en el que se anclan a ellas los raíles por los que se mueve el tren. Esta fórmula será la que se aplique en todo el túnel oeste de la variante. En el este se instalará el denominado 'triple hilo', por el que pueden pasar tanto trenes de alta velocidad como los convencionales, para permitir que la variante pueda ser utilizada también para el transporte de mercancías. La velocidad máxima que se podrá alcanzar con estas vías son 275 kilómetros por hora, frente a los 350 que alcanza el AVE en otros lugares. También está por definir cómo funcionará el servicio al norte de Pola de Lena, esto es, en la parte de la red ferroviaria asturiana que por el momento mantendrá invariable su infraestructura. El Principado ya ha anunciado que pedirá la puesta en marcha de lanzaderas directas a Pola de Lena desde Oviedo, Gijón y Avilés desde el momento en que abra la variante.