El Principado se consolida como receptor neto de turistas frente al resto del país

En 2016, según los datos del INE, los asturianos que viajaron (obviamente, muchos repitieron a lo largo del año) fueron 4.238.012, mientras que los turistas del resto de comunidades que visitaron Asturias fueron 4.165.072. En 2017, 2018 y 2019 ya fueron más, por poco, los turistas que vinieron al Principado. 2020 fue catastrófico para todos, pero menos de lo esperado, y de hecho fue el inicio de una tendencia que trajo al Principado tanto a gente que, tras los confinamientos de la pandemia buscaban zonas rurales para asentarse, como de personas que venían de vacaciones a la región para olvidarse de los confinamientos evitando las aglomeraciones de regiones más turísticas, pero con la naturaleza y el patrimonio cultural e histórico menos cuidado.

La tendencia al alza ha sido imparable desde el final de los confinamientos. A esto hay que añadir que en los últimos dos años las temperaturas veraniegas han sido muy altas al sur de la Cordillera Cantábrica, mientras que en Asturias se va consolidando el concepto del 'refugio climático' al que el presidente del Principado, Adrián Barbón, ha hecho alusión en numerosas ocasiones, en algunos casos incluso en sede parlamentaria.

El efecto conjunto de todo ello ha llevado a que en 2023 los asturianos que viajaron como turistas a otras regiones fueron 4.358.973, mientras que los visitantes del Principado fueron 4.758.797. Es decir, un saldo favorable de 399.824 turistas, y con estancias medias, en particular en verano, de en torno a seis días, uno más que hace una década.

En 2024, con datos de los tres primeros trimestres, el saldo positivo es ya mejor que en 2023. Hasta final de septiembre visitaron Asturias 3.510.527 turistas españoles, mientras que los asturianos que salieron fueron 3.062.052. El saldo positivo fue de 448.475, y aún queda por computar el último trimestre, habitualmente favorable a Asturias.

Con todo, sigue habiendo 'debes' para el sector turístico en Asturias. El principal, desestacionalizar la recepción de turistas. Hacer porque las plantillas puedan tener una mayor estabilidad, y no un nivel de temporalidad que en el caso de los campings llega a ser del 95%, mientras que en los hoteles y el turismo rural más de un tercio de la plantilla es temporal.

En el turismo rural, los apartamentos turísticos y los campings, además, los turistas estivales de origen nacional tienen estancias el doble de largas que en otoño, invierno y primavera, salva sea la Semana Santa. Lo habitual fuera de temporada son estancias que rondan las dos o tres noches, lo que apunta claramente hacia un turismo finisemanal y de puentes, mientras que en verano las estancias son más largas. En el resto de España, apartamentos turísticos, hoteles y campings tienen fuera de temporada estancias más largas que las que muestran los números de Asturias.