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El Principado documenta 281 ataques de osos al ganado durante cinco años

El Principado documenta 281 ataques de osos al ganado durante cinco años

Las agresiones aumentaron un 45% en 2016 aunque la consejería mantiene que su depredación hacia otras especies «es muy baja»

R. MUÑIZ

GIJÓN.

Jueves, 5 de octubre 2017, 03:01

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Entre 2012 y 2016 los osos han atacado al ganado en 282 ocasiones que el Principado haya podido acreditar. Lo habitual es que el año se salde con alrededor de cincuenta agresiones documentadas, cadencia que varió en 2014 (con 60 arremetidas) y el pasado curso.

En 2016 fueron 71 las agresiones, un 45% más que el ejercicio precedente, incremento que explica en parte la inquietud que empieza a instalarse en determinadas explotaciones de la región. Colectivos como Asturias Ganadera, por ejemplo, han llegado a decir que los plantígrados «matan tanto como el lobo» y solicitan medidas antes de que el problema vaya a más. Este tipo de declaraciones rompen con lustros en los que todos los sectores implicados parecían pugnar por la recuperación de esta especie emblemática para la región. El incremento de ejemplares en los montes de la región está sin embargo empezando a provocar ciertos problemas de convivencia, llevando a las administraciones a estudiar por ejemplo protocolos de actuación cuando aparece un oso o regulando las actividades del turismo ligadas al avistamiento de esta especie.

El censo de ataques figura en una respuesta que la Consejería de Medio Ambiente remite a la diputada Carmen Fernández. La representante de Foro quiso saber si el Gobierno estaba al tanto del «problema de las agresiones» y cómo estas se están «multiplicando». En su contestación, la consejería indica que «no existen datos que corroboren esta afirmación». El oso pardo cantábrico, recuerda Medio Ambiente, es omnívoro, se alimenta sobre todo de vegetales si bien «en ocasiones, aunque en una frecuencia muy baja, depreda especies silvestres y animales domésticos». Es una alimentación a la que recurre «en situaciones de sequía o de escasa producción de frutos», aunque esto no supone «que se esté modificando su patrón alimenticio».

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