El Principado reconoce «un error» en la administración de las vacunas a los dentistas

El vicepresidente del Gobierno regional, Juan Cofiño, reconoció ayer que el Ejecutivo «tiene constancia de un error en la vacunación que afecta a un pequeño número de profesionales». En concreto, se refiere a un grupo de odontólogos y estomatólogos a los que les fue administrada la vacuna AstraZeneca cuando, según los protocolos de vacunación, les correspondería una de ARNm, bien fuera Pfizer o Moderna. En cualquier caso, Cofiño añadió que, a pesar de que «no fue la prescrita, ya se ha subsanado el error».

La denuncia la había hecho pública esta semana el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Asturias (Codes) a través de una circular en la que aseguraba que los colegiados «tienen derecho a rechazar» el pinchazo de AstraZeneca «por cuanto no cumple el protocolo en la estrategia de vacunación». Ciertamente, este punto no da lugar a ninguna duda dado que, tanto los documentos del Ministerio de Sanidad como el adaptado por la Consejería de Salud especifican que este colectivo queda encuadrado en el denominado 'grupo 3A', el de personal de odontología, higiene dental y otro personal sanitario que atiende de forma habitual a pacientes sin mascarilla y durante un tiempo superior a 15 minutos. Y ahí mismo se especifica que el tipo de vacuna para ellos será Pfizer o Moderna.

Pero Cofiño también se refirió a otros colectivos que, teniendo asignada la dosis AstraZeneca, como docentes o fuerzas y cuerpos de seguridad, trasladan su negativa a recibir un pinchazo de esta vacuna. En este punto, y dado que el debate es distinto, ya que aquí la estrategia también es clara al respecto, el vicepresidente fue taxativo: «No hay un derecho de elección del tipo de vacuna sino que queda a criterio de los profesionales sanitarios». Cofiño insistió en que «esto no se sustancia en términos de elegir a la carta».

La respuesta ofrecida ayer por el Gobierno regional es muy similar a la realizada un día antes por el Ministerio de Sanidad ante un problema que trasciende las fronteras asturianas y que está generando debate en el resto del país. La secretaria de Estado de Sanidad, Silvia Calzón, afirmó que «cuando una persona se vacuna se produce un beneficio individual, pero las vacunas también se comportan como un beneficio colectivo y ese es el objetivo de la campaña de vacunación». En este sentido, apeló a «nuestra responsabilidad individual de ser parte del propio proceso».

Otro de los temas en la agenda sanitaria de estos días en Asturias es la reducción del número de rastreadores contratados. Juan Cofiño salió ayer al paso negando que se esté despidiendo a estos profesionales y matizó que «hablamos de contratos que van terminando». Por ello, criticó que se «induzca al error hablando de despidos». Ahondando en esta cuestión, el vicepresidente explicó que «lo que hace Salud es adaptar y modular el número de rastreadores» a la evolución de la pandemia. «No se tomarán decisiones que pongan en riesgo lo que queremos y que no es otra cosa que detectar cuanto antes los brotes y la situación, esto jamás ocurrirá», concluyó Cofiño.