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Gonzalo Montoya, con su madre y su esposa, a la puerta de la oficina del SEPE. PABLO LORENZANA
El preso 'resucitado': «Quiero trabajar ya, en lo que sea»

El preso 'resucitado': «Quiero trabajar ya, en lo que sea»

Gonzalo Montoya, el preso 'resucitado', inicia los trámites para buscar empleo | «Aquello de la chatarra ya se acabó para mientras viva, quiero estar en la calle, que es muy guapo, no entre cuatro barrotes», asegura el joven

AIDA COLLADO

OVIEDO.

Martes, 28 de agosto 2018, 01:20

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Pocas veces uno se encuentra ante un punto de inflexión tan claro y reconocible como el que convenció a Gonzalo Montoya de que tenía que cambiar de vida. El joven de 29 años, conocido como el preso 'resucitado' después de que hasta tres médicos lo dieran por muerto el pasado mes de enero, volvió con su familia al salir de la cárcel la semana pasada, convencido de que sus escarceos con la chatarra eran cosa del pasado. «Aquello se acabó para mientras viva», defiende ahora vehemente. No es que haya visto la luz. Pero está completamente seguro de que -«hasta lo que dure»- quiere estar «en la calle, que es muy guapo, y no entre cuatro barrotes». Solo unos días en casa, con su esposa y sus cinco hijos, respirando hondo libertad, han sido más que suficientes para armarse de valor y lanzarse a su «nueva vida». Y lo primero para «empezar de cero» es arreglar papeles y buscar trabajo.

A primera hora de ayer, acompañado de su madre, fue a recoger su nuevo DNI. Un trámite pesado y rutinario, un trozo de plástico para la mayoría de los españoles, que a él, esta vez, le alegró la mañana. Vuelve a sentirse un ciudadano de pleno derecho. «Mucho mejor tener el carné que un cacho de papel de Villabona», explica de forma incontestable. «Te ayuda a sentirte como una persona normal», insiste.

Y eso es lo que quiere ahora. Ser una persona normal. Vivir tranquilo y empaparse del amor de sus hijos. «Están que no se lo creen. Y yo tampoco. Me paso el día con ellos, en el parque», cuenta orgulloso. Su mujer, asiente: «Todos los días, cuando nos despertamos y abrimos los ojos en la cama, tenemos a los cinco allí», ríen.

A Gonzalo se le congela la sonrisa. «Parece un sueño», narra. «Cuando me despierto, por un momento, no sé dónde estoy. No sé si estoy en la cárcel o en casa», relata con la mirada triste, solo un segundo. Porque acto seguido, recuerda, la sonrisa abierta de su prole, de entre cinco y quince años, le saca de dudas.

Por ellos tampoco duda de que quiere encontrar trabajo «ya, en lo que sea». Con ese objetivo se plantó ayer en la oficina del Servicio Público de Empleo, en General Elorza. Y con ese mismo objetivo salió, algo decepcionado. «Por cambio de domicilio, tengo que ir a otra oficina», lamentaba al salir. Probablemente lo haga mañana o pasado. Hasta entonces, aprovecha para lanzar un mensaje, «por si todo esto sirve para algo».

Está dispuesto a trabajar «en lo que sea». No le hace ascos a nada. Y ganas, asegura, no le faltan. Pero, ¿en qué le gustaría ocuparse? «Pues me defiendo bien en todo lo que sea mecánica, chapistería...».

Tiene algo de margen. El que le da la ayuda de excarcelación, durante 18 meses. Aunque, para cobrarla, «hay que mover papeles». Y él lo que quiere, vuelve a insistir, «es encontrar trabajo». Dar carpetazo a una época que le llevó al límite y le trajo de vuelta. «De forma honrada».

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