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El director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, ante las escaleras de acceso a la sede de la Consejería de Salud del Principado, en Oviedo. ÁLEX PIÑA
«Estamos en una carrera contra el tiempo para llegar al verano lo más aliviados posible»

«Estamos en una carrera contra el tiempo para llegar al verano lo más aliviados posible»

Rafael Cofiño Director general de Salud Pública del Principado ·

«Posiblemente tengamos una cuarta ola; no estamos ante una única pandemia, sino la suma de muchas epidemias en sitios diferentes»

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Domingo, 21 de marzo 2021, 01:25

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Desde hace un año a Rafael Cofiño (Gijón, 1969) le faltan horas del día. Solo se permite unos minutos para busca una fotografía o un poema y compartirla en redes sociales. «Me sirve de desconexión», nos cuenta. De él es un de los eslóganes más celebrados en los últimos meses : «Todas cuidamos de todas». Una ventana a la creatividad tras haber tenido que aparcar otra de sus vocaciones, la de escritor. El director general de Salud Pública es un defensor de las redes sociales porque «te permite acceder a mucha información y gente de referencia que de otra forma sería imposible». Desde el principio de la pandemia, incluso antes del 14 de marzo de 2020, se convirtió en una de las caras de la gestión del Gobierno regional de la pandemia. Hasta hace una semana «apenas tuve tiempo, pero conseguí ir a dar un paseo por el Muro (Gijón)».

-¿En qué puntos estamos ahora mismo?

-La situación es estacionaria, de meseta. El jueves nos advirtieron en la Comisión de Salud Pública de que «¡ojo!, hay una situación de riesgo!», a raíz del incremento de la incidencia en muchas regiones y en países como Francia o Italia. Aquí aún no ha bajado tanto como en la segunda ola. Y, desde luego, en las UCI no se ha descendido a esos niveles.

-¿Estamos ante días críticos?

-Sí, pero claro llevamos diciendo eso desde marzo. Cada situación es diferente. Ahora juegan a nuestro favor los datos de vacunación, que no esperábamos hace un año. Una de cada cuatro personas mayores de 80 años ya está inmunizada y eso es favorable.

-¿Por qué a Asturias le está costando tanto descender en esta tercer ola? Por ejemplo, Extremadura tuvo picos mayores que nosotros y ha bajado más rápido.

-Lo que pasó allí es lo mismo que aquí en sitios con incidencias muy altas, como tuvo Avilés. Se aplicaron medidas muy estrictas. Está comprobado que las restricciones duras prolongadas durante mucho tiempo funcionan. No obstante, las medidas tienen que ser proporcionadas y, principalmente, que no lleguen demasiado tarde. En nuestro caso, fuimos la última comunidad en la segunda ola y nos benefició que el puente de diciembre estuviéramos con medidas fuertes. Eso hizo que arrastrásemos menos casos cuando empezamos a subir en la tercera ola. Pero esta llegó antes y sin tiempo para aligerar el impacto que hay en la UCI. También la variante británica ha provocado una disminución de la edad de las personas que ingresan.

-Entonces, ¿se calibró mal el impacto de la tercera ola?

-Se detectó también el momento de la entrada de la variante británica a partir de una persona con PCR negativa. Lo que pasa es que siempre vemos dónde llegamos, pero en el relato falta ver hasta dónde podríamos haber llegado si no hubiéramos tomado medidas. La situación en la segunda y tercera ola fue ajustada con las medidas adoptadas. Gracias a los grupos de rastreo, el 45% de los casos que estamos detectando cada día son de personas que ya se habían puesto en cuarentena.

-¿Por qué la cepa británica es mayor aquí que en el resto de España?

-No es que sean más, sino que si registras muy bien, siempre tienes más casos. Es que se detectan mejor. Pasa lo mismo con los datos de la mortalidad.

-¿Hay una relación causal entre la cepa británica y que no baje la presión hospitalaria?

-Podría ser. No ha pasado suficiente tiempo para verlo, pero es cierto que con el mismo periodo, en la segunda ola ya había bajado la presión en las UCI.

-¿La cuarta ola es un hecho?

-Sí, posiblemente tengamos una cuarta ola o quizá más pequeñas y solo en municipios. No estamos ante una única pandemia, sino en la suma de muchas epidemias en sitios diferentes. Vemos picos en unos concejos y en otros ningún impacto. Hasta que no tengamos a la mayor parte de la población vacunada no vamos a tener cierta normalidad.

-Pero, con lo que hablábamos antes de la situación de las UCI, ¿están preparados los hospitales para afrontar una cuarta ola?

-Es el principal riesgo ahora mismo. Las camas de UCI y planta ahora mismo están por encima de las que maneja habitualmente un hospital. Mantener estos niveles de ocupación mucho tiempo también tiene un impacto en la patología no covid.

-Los grandes municipios están volviendo a tener indicadores al alza. De hecho, Siero entró ayer en el máximo, 4+, ¿se prevén más cierres perimetrales durante la Semana Santa?

-La idea es mantener el modelo actual. Lógicamente se revisa de manera continua, pero los criterios para entrar en 4+ siguen siendo los mismos.

-El alcalde de Siero decía el miércoles: «No sabemos qué más hacer». ¿Qué le responde?

-Mayoritariamente lo estamos haciendo bien. Pero ni un alcalde ni asociación de vecinos, por ejemplo, pueden controlar todo lo que pasa. De golpe se produce una situación de riesgo con una explosión de casos.

-¿Falta vigilancia policial?

-Lo perfecto no existe nunca, el riesgo cero no existe. Es necesario reforzar en todas las vías: las medidas, comunicarlas bien, que no generen desafección, implicar a los sectores y la ciudadanía teniendo en cuenta el cansancio comprensible de estos meses.

-¿Se vacunaría con AstraZeneca?

-Sí, sin duda.

-El primer ministro francés anunció que lo haría para generar confianza. ¿Cómo lo ve?

-No lo sé, no lo había pensado. Aquí se decidió que los altos cargos, salvo circunstancias personas, no se vacunasen.

-¿Se propondrá algún cambio en los grupos de vacunación que les corresponde AstraZeneca?

-Se va a revisar, pero no creo que haya modificaciones. Lo que se debate es si ampliar por encima de los 55 años (hasta los 65), puesto que ya se dispone de publicaciones nuevas al respecto. Si no se hubiera producido esta alerta, se habría aprobado.

-Mantiene el objetivo de vacunación del 70% tras el verano. ¿Y antes?

-No me atrevería a decir cifras porque además con la parada de AstraZeneca se podría hacer una estimación a la que quizá luego tendríamos que justificar por qué no hemos cumplido el objetivo. Ahora mismo el objetivo es poner lo más rápidamente posible todas las dosis que nos lleguen.

-Pero si no llegamos a un mínimo de asturianos inmunizados para el verano, ¿se barajaría blindar Asturias?

-De momento, habrá que ver qué pasa cuando finalice el estado de alarma: cuántos casos, la situación epidemiológica, qué perfiles y la correlación con los ingresos hospitalarios... Puede ser que los casos se desplacen a personas más jóvenes con un menor impacto sanitario, quizá la infección sea frecuente, pero no muy grave... Estamos en una carrera contra el tiempo para llegar al verano lo más aliviados posible y con un descenso prolongado.

-Pero cuesta imaginar un verano con las aglomeraciones turísticas del pasado.

-Se puede llegar a un escenario con actividad, pero también con medidas de protección. Ahora toca insistir en que disminuir la interacción y la movilidad es lo único que funciona contra el virus. Cualquier pequeña circunstancia multiplica los casos.

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