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El rector denuncia que la burocracia causa una sangría económica a la investigación

Las universidades del G-9 se quejan de que la justificación económica de los proyectos «es cada más vez más compleja y con criterios cambiantes»

L. FONSECA / EFE

GIJÓN / LOGROÑO.

Sábado, 8 de junio 2019, 02:55

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«Excesiva burocracia», con «procesos de justificación económica cada vez más complejos, con criterios cambiantes y retroactivos», lo que provoca «sangría económica en los presupuestos» universitarios. Estas son algunas de las quejas de las universidades españolas y que ayer hizo públicas en Logroño el rector de la Universidad de Oviedo, en calidad de presidente de la comisión de sostenibilidad del G-9. Santiago García Granda expuso las dificultades a las que se enfrentan las universidades a la hora de presentarse o de revalidar proyectos de investigación. «Soportamos una excesiva burocracia» y eso crea «problemas operativos y financieros».

Esta es una de las principales conclusiones alcanzadas por la sectorial de Investigación del G-9, que integran las universidades de Oviedo, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares, País Vasco, Navarra, Zaragoza y La Rioja, que se reunió en Logroño. García Granda explicó que lo acordado por el G-9 puede trasladarse a las demás universidades «porque los problemas son comunes» y «porque somos una parte importante del sistema» con unos 170.000 estudiantes y cerca de 20.000 docentes.

El presidente del G-9 de universidades destacó la «buena voluntad» hacia la investigación universitaria que detectaron en el Gobierno central durante la pasada legislatura, pero, matizó, «hay muchos impedimentos para que esa investigación se lleve a cabo de forma fluida».

García Granda incidió en que la justificación económica de los proyectos competitivos nacionales «es cada vez más compleja, tiene criterios cambiantes y es retroactiva», lo que «llega a crear una sangría económica en sus presupuestos». «Estamos de acuerdo con el control presupuestario riguroso y la rendición de cuentas, pero creemos que no hay cauces sencillos y razonables para esa labor de gestión y justificación y que la administración electrónica no está llegando igual a las universidades a otros ámbitos de la administración», afirmó, al tiempo que «hacen falta recursos para llevar a cabo ese trabajo de forma más eficiente».

Lo cierto es que son varias las preocupaciones de las universidades del país sobre la investigación. Pero hay una que destaca sobre las demás: la financiación. «La economía se recupera y tenemos esperanza en la apuesta de este nuevo Gobierno en I+D+i, que sobre el papel de los presupuestos representa un aumento del 6%», explicaba el rector asturiano, en un encuentro celebrado en Mieres el pasado enero con presencia del G-9. «Hemos sufrido recortes y mantenemos dificultades para mantener los recursos humanos», añadía.

EBAU mejorable

La EBAU y las críticas que está concitando por parte de los alumnos sobre la falta de uniformidad en cuanto a la dificultad de las pruebas, también fue motivo de debate por parte de las universidades. En este sentido, los rectores de La Rioja y Oviedo, Julio Rubio y Santiago García Granda, respectivamente, aseguraron que la actual EBAU «es mejorable», pero insistieron en que unificar ese examen para toda España «generaría un problema mayor». Rubio afirmó que por sus conversaciones de los últimos días sobre este tema «la opinión general de los rectores es que se pone el foco solo en un aspecto del sistema» de acceso a la universidad «y habría que hacer un análisis general».

Cree que «la petición de un examen único es una visión muy parcial» de un sistema que «se compone en un 60% de la nota de bachillerato y nadie pregunta si en todos los institutos y centros privados de España se examina igual». «Sabemos», abundó, «que hay una discrepancia importante entre notas de bachillerato entre centros privados y públicos y al final las notas se nivelan, precisamente son las de la EBAU».

Por su parte, García Granda recordó que dicho examen «se ideó para medir el nivel de los estudiantes que acceden a las universidades, pero se ha convertido en una clasificación y una forma de acceder a titulaciones con más demanda, cuando no era su objetivo».

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