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LETICIA ÁLVAREZ/ L. MAYORDOMO
CANGAS DE ONÍS.
Sábado, 13 de octubre 2018, 03:59
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Ocho horas colgados de una pared. La experiencia difícilmente se les va a olvidar a los dos alpinistas que, ayer, se quedaron suspendidos de una pared de la Peña del Fresnidiello, en los Picos de Europa. A las 14 horas se dio la voz de alarma. Las cuerdas se les enredaron y por más que intentaron resolver la complicada situación en la que se encontraban, a nada menos que 1.477 metros de altitud, no lo lograron. De ahí la llamada a los servicios de emergencias.
Afortunadamente las buenas temperaturas hicieron que ese tiempo, suspendidos en la llamada 'Vía buitres', no fuera tan dramático como lo hubiera sido de haber llovido o nevado. Aún así, fue precisamente el tiempo el que complicó su rescate. Y es que, según parece, a medida que se fue acercando el helicóptero, el viento frustró la operación hasta obligar al aparato a retirarse a su base en La Morgal.
Efectivos de la operación aseguran que ambos deportistas se encontraran en perfecto estado por lo que se decidió su evacuación por tierra. Fuentes de la propia Guardia Civil explicaron que cuatro agentes del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, junto a dos rescatadores del Servicio de Emergencias del Principado, se desplazaron hasta la zona para tratar de bajar a los dos montañeros. Pese al temor por adentrarse la noche, finalmente hacia las 22.30 horas, ya estaban rapelando a la base.
Al parecer los dos montañeros se encontraban escalando esa pared de la peña del Fresnidiello, situada en el término de Sotres y a pocos kilómetros de Arenas de Cabrales, por la llamada 'Vía buitres' cuando ocurrió el percance.
Este año está siendo especialmente accidentado en las montañas asturianas. Exceptuando aquellas personas que fallecieron por causas naturales, generalmente un problema cardiaco -como un turista ruso en el Cares y un peregrino que hacía el Camino de Santiago, en Tineo-, ya son diez los fallecidos en accidentes de montaña en la región en este 2018.
El concejal de Izquierda Unida en Caso, Klaus García, de 29 años y experto alpinista, falleció el 7 de marzo cuando había acudido a la zona de la pista de montaña Llin de la Gobia. Otro experto montañero falleció el 8 de abril, en Proaza. Se trata del gijonés Manuel Suárez Manzano, de 84 años. Otro veterano, Arturo Larroza, quien colaboró en la creación del grupo de montaña San Nicolás, de Gijón, encontró la muerte el 15 de abril al sufrir una caída desde el Pico Vigueras, ubicado entre Oceño y San Esteban de Cuñaba, en Peñamellera Baja.
El policía nacional gijonés, de 48 años, Juan José Domínguez fue otra de las víctimas de la montaña asturiana. La muerte le sobrevino, el 5 de mayo, al precipitarse desde una altura de 135 metros en la vía del Capitán Garafio, en Morcín.
Solo dos semanas después, el madrileño Mariano González, de 38 años y activista de Ecologistas en Acción, se disponía a descender tras recorrer la vía Cepeda del Urriellu y sufrió una caída mortal. Muy cerca, en la ruta del Cares, dejó su vida el 9 de junio, la vasca Lourdes Arrazuria, de 64 años, que se cayó por un fuerte desnivel. Además, el 7 de agosto el langreano Pedro Gutiérrez, de 36 años, se despeñó por un barranco del Picu Turbina (Llanes) y el 13 de septiembre falleció el bombero leridano Marc Sabata, de 43 años. El gijonés Carlos Álvarez, de 56 años, sufrió un fatal accidente el 16 de septiembre tras caer por un desnivel de unos cien metros. Un día después tenía lugar el último accidente mortal hasta el momento, el de un cordobés de 46 años que falleció tras precipitarse por un cañón mientras realizaba la ruta del Cares.
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