Las residencias privadas critican la actuación de la Administración durante la pandemia

«Estoy acobardado, ¿Cómo abrirte al pueblo?», confesó ayer Carlos Briansó, director de la residencia del ERA de Grado, uno de los centros más afectados por el coronavirus en número de casos detectados. Briansó aseguró que «no se sabe cómo llegó el virus al centro y dudo de que lo sepamos a lo largo del año» y explicó que «podemos especular que el profesional a través del que se contabilizó el primer caso, estaba contagiado antes o se contagió allí. Lo que sabíamos entonces era que una persona sin síntomas no contagiaba». Briansó intervino en una nueva sesión de la comisión de estudio de la gestión de la crisis sanitaria por la COVID-19. Junto a él, José Emilio Fernández Núñez, gerente del Residencial Viella, que criticó la falta de ayuda y de material. «Tardaron 14 días en hacernos caso», dijo. Muy crítica con la Administración se mostró Teresa Álvarez, presidenta de la Asociación Asturiana de Residencias de la Tercera Edad. «Las primeras semanas nos sentimos abandonados. Y nos bombardeaban con pautas que cambiaban continuamente sin explicaciones sobre cómo debíamos abordarlo». En este punto, el Era ha querido matizar que «el 4 de marzo ya se enviaron los primeros protocolos de procedimiento de actuación frente a sospecha de casos de COVID, tanto a lo centros públicos como privados. Y así se hizo de forma sistemática con nuevos protocolos sanitarios. El día 22 de marzo, el sistema de alerta temprana incorpora a todos los centros privados para detectar los casos con la mayor celeridad».

Los familiares con afectados en residencia fue otro de los bloques a debate. José Manuel Suárez, presidente de la Federación de Asociaciones de familiares de Residencias de Mayores del ERA; Marcelino Laruelo Roa, portavoz de la Oficina del Defensor del Anciano, y Mayte Pan Barreda, representante de la Plataforma de Afectados del ERA, expusieron sus preocupaciones.